Cris Morena rompió el silencio sobre la muerte de su nieta Mila y reveló la escalofriante coincidencia que la une al fallecimiento de Romina Yan

Miércoles 26 de Noviembre de 2025, 16:43

Cris Morena reveló cómo enfrenta el dolor de la muerte de su nieta Mila, la inesperada coincidencia con Romina Yan y una frase desató escalofríos



La productora Cris Morena volvió a atravesar públicamente uno de los momentos más dolorosos de su vida. A tres meses de la muerte de su nieta Mila Yankelevich, la creadora de éxitos televisivos decidió hablar del duelo familiar y sorprendió con una revelación que reabrió viejas heridas: una coincidencia numérica que vincula esta tragedia con la muerte de su hija Romina Yan.

Mila, de 7 años, falleció en agosto, tras un accidente acuático en Miami. Una barcaza impactó contra un velero, provocando que la embarcación se hundiera en segundos. Seis personas cayeron al agua; entre ellas la hija de Tomás Yankelevich. Su muerte fue instantánea.

En una entrevista emitida este miércoles, Morena habló por primera vez del tema. Con la voz quebrada, aseguró que aún atraviesa “un camino doloroso, lleno de preguntas sin respuesta”. Y allí lanzó una frase que dejó al estudio en silencio: “El ocho me persigue”.

Según explicó, el número 8 volvió a aparecer en el calendario del dolor: “Como yo viví una experiencia muy similar… el mismo día. No el mismo mes, pero el mismo número”. La referencia fue inmediata: Romina Yan también falleció un 8, en septiembre de 2010. La nieta, el mismo día del mes, 14 años después.

Morena habló también de la “presencia de la ausencia”, una expresión que usó para describir cómo siente a Romina y cómo su familia percibe señales vinculadas a Mila. “Era ella, me mandaba señales”, recordó sobre su hija. “Lo mismo les está pasando ahora a Tomás y a Sofi.”

El momento más inesperado llegó cuando mostró su único tatuaje: el número 28. “El 2 y el 8. El infinito escondido ahí adentro”, explicó. Dijo que ese símbolo representa las “casualidades y causalidades” que se repiten en su linaje y que, según ella, marcan un patrón en la historia familiar. Mencionó también a las mujeres de su genealogía: “abuelas, bisabuelas, tatarabuelas”, todas atravesadas —afirmó— por dolores profundos y misteriosos.

Al intentar explicar el duelo actual, se quebró nuevamente: “No puedo explicar el dolor, ni puedo explicar la pérdida. Eso aparece muchos años después”.

Y sobre la tragedia de Mila, fue contundente: “Fue un segundo. No es una enfermedad, no es algo que pudimos manejar. Es tremendo”.

La entrevista dejó al aire una sensación de conmoción: dos tragedias separadas por 14 años, un mismo día, un mismo número y una familia que vuelve a mirar de frente lo inexplicable.