Lunes 01 de Diciembre de 2025, 06:30

Lucía Klug es diputada bonaerense por Unión x la Patria y militante popular del Frente Patria Grande.
En las últimas horas, un proyecto de ley para aplicar un impuesto a "los pedos de las vacas" encendió todas las alarmas en el sector agropecuario. La autora es Lucía Lorena Klug, diputada bonaerense de Unión por la Patria cercana a Juan Grabois, cuyo mandato termina la semana próxima.
La iniciativa propone crear la "Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (Tamba)", que obligaría a productores ganaderos a pagar en función del gas metano que emiten sus animales durante el proceso digestivo.
El objetivo declarado: mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero mediante un esquema de "Responsabilidad Extendida del Productor".
Según el proyecto, el cobro se haría sobre la base de los kilogramos de dióxido de carbono equivalente (CO?e) calculados en cada establecimiento y en relación a la cantidad de cabezas de ganado.
Los argumentos de la autora: "Es imperioso actuar contra el cambio climático"
En los fundamentos, Klug aseguró que:
Buenos Aires genera el 25% de todas las emisiones de GEI del país.
El 27% de esas emisiones es metano.
La ganadería representa el 19% del metano provincial.
Los basurales y rellenos sanitarios, el 6%.
Por eso, propone un fondo fiduciario ambiental que use lo recaudado para compensar emisiones mediante mejoras en la gestión de residuos.
El campo explotó: "Cobrar por respirar no reduce emisiones, reduce producción"
La reacción del agro fue inmediata.
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) rechazó el proyecto con extrema dureza.
Su presidente, Ignacio Kovarsky, fue tajante: "Cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción."
En X, la entidad fue aún más irónica: "El metano se mide; la improvisación legislativa también... y emite mucho más. ¿Por qué no pensar una tasa para los legisladores improvisados?"
Carbap sostuvo que la ganadería bonaerense ya soporta una de las presiones impositivas más altas del país. Sumar un impuesto más "no tiene sustento técnico". Afectaría la producción, competitividad y el empleo rural.
Oposición política: "Es un nuevo impuesto a los pedos de las vacas"
El diputado provincial Luciano Bugallo (Coalición Cívica) también apuntó contra el proyecto: "Hemos llegado al límite del absurdo. Pretender imponer un ’impuesto a los pedos de las vacas’ supera cualquier frontera de la cordura."
Además, dijo que el proyecto es impracticable porque no existe tecnología accesible para medir las emisiones de metano animal en cada establecimiento: "Ni siquiera un estudio científico serio podría hacerlo sin sensores permanentes y tecnología de laboratorio."
¿Puede avanzar el proyecto?
Fuentes legislativas aseguran que la iniciativa no tiene apoyo de otros bloques y que habría sido presentada "como despedida" de la diputada Klug.
Sin consenso político ni base técnica sólida, su futuro parlamentario parece casi nulo.
Sin embargo, el proyecto vuelve a poner sobre la mesa un debate recurrente. ¿Debe la ganadería pagar por sus emisiones o se trata de una medida inviable que castiga a un sector productivo clave? /
El Economista
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