EEUU: una adolescente incitó a su novio a que se quitara la vida y la condenaron por homicidio

Miércoles 03 de Diciembre de 2025, 08:33

Conrad Roy III, de 18 años, fue encontrado muerto en su camioneta en julio de 2014. En un principio, la policía creyó que había sido un suicidio como otros casos, pero la investigación dio un giro cuando analizaron su celular.



En la noche del 12 de julio de 2014, un joven de 18 años llamado Conrad Roy III fue encontrado muerto dentro de su camioneta en un estacionamiento de Massachussets, EEUU. Durante las primeras horas, parecía un suicidio sin demasiadas dudas: había dejado notas para su familia y mensajes que mostraban una depresión profunda.

Sin embargo, semanas más tarde, una serie de mensajes de texto salieron a la luz y cambiaron el rumbo de la investigación.

En esos chats, su novia de 17 años, Michelle Carter, lo alentaba de manera explícita a quitarse la vida. Ese hallazgo dio un giro en el caso y se convirtió en uno de los más controvertidos en Estados Unidos.

Una relación a distancia

Conrad y Michelle se conocieron en 2012 durante unas vacaciones familiares en el estado de Florida y se hicieron muy cercanos. A partir de ese momento, mantuvieron una relación a distancia: hablaban por mensajes, se escribían todos los días y sólo se vieron unas pocas veces en persona.

Ese vínculo fue creciendo en un contexto que se tornó complicado para ambos. Por un lado, Conrad atravesaba un cuadro depresivo y de ansiedad, y ya había tenido intentos previos de suicidio. Ella, por su parte, tenía problemas de autoestima y un fuerte aislamiento social.

Durante meses, los dos compartieron conversaciones sobre sus dificultades personales y el estado de Roy se fue poniendo peor. Él le llegó a contar que pensaba en quitarse la vida y le daba detalles de sus dudas y temores. Al principio, ella intentaba convencerlo de buscar ayuda, pero eso cambió de manera drástica en 2014.

A partir de la primavera de ese año, Michelle comenzó a insistirle a Conrad con la idea del suicidio, e incluso llegó a detallar métodos posibles, horarios y lugares donde hacerlo sin ser interrumpido ni que lo descubran.

Tras el trágico hecho, la fiscalía a cargo de la investigación reconstruyó esa transformación en su actitud como un punto clave de la causa.

Los chats

A medida que avanzó la investigación, la policía comenzó a analizar los celulares de los jóvenes y a revisar los mensajes que intercambiaron durante meses.

Allí, descubrieron algunas frases que se volvieron determinantes para la causa. “Vas a ir al cielo. No más dolor. Está bien tener miedo, estás a punto de morir”, escribió Carter en una ocasión.

En otra conversación, le dijo: “Es necesario hacerlo, Conrad. Acá no sos feliz y jamás lo serás. En el cielo sí vas a ser feliz. Simplemente hazlo”.

A partir de este descubrimiento, la fiscalía determinó que Michelle fue quien reforzó las ideas suicidas de Conrad, insistió para que él avanzara con los preparativos y lo empujó a superar sus dudas. En uno de los intercambios finales, cuando él salió del vehículo por sentirse mareado, ella le ordenó: “Metete de nuevo al auto”.

Un caso sin precedentes

El proceso llamó la atención en los medios de todo Estados Unidos por un motivo: en Massachusetts no existe una ley específica que penalice incitar a alguien al suicidio.

Por este motivo, la acusación se construyó bajo la figura de “homicidio involuntario por conducta temeraria”.

El juicio comenzó tres años después del hecho, el 6 de junio de 2017 en el Tribunal Juvenil de Bristol County.

Durante las audiencias, los fiscales mostraron los mensajes en los que Michelle le daba a Conrad instrucciones sobre cómo usar el generador que producía el monoxido de carbono. “Estás listo y preparado. Solo tenés que encender el generador”, le escribió. También le aseguraba que su familia “lo entendería” y que ella misma se ocuparía de apoyarlos tras su muerte.

De esta manera, acusaron a Carter de haber “usado a Conrad como un peón”, ya que buscaba recibir atención pública como “la novia en duelo”. Además, afirmaron que, tras el suicidio, continuó enviando mensajes a la familia del joven como si no supiera lo ocurrido y que borró conversariones para evitar que quedaran registros que la comprometieran.

Incluso, en un chat que tenía con una amiga había admitido: “Si la policía lee mis mensajes estoy perdida. Su familia me odiará y puedo ir a la cárcel”.

Por otra parte, los fiscales también mostraron que Conrad manifestaba temor, angustia y dudas constantes en los mensajes. Llegó a decir que no quería lastimar a sus padres, pero Michelle respondía con insistencia: “No más dudas. No hay que esperar”.

El abogado defensor de la adolescente acusada argumentó que ella estaba siendo responsabilizada por una decisión que Roy venía planificando hacía meses. Por eso, presentó los registros de sus búsquedas en Internet sobre métodos de suicidios y conversaciones anteriores en las que él mismo admitía haber tenido otros intentos. Ella decidió no dar su declaración al respecto.

El tribunal, sin embargo, consideró que la influencia de Carter superaba el límite de una conversación entre dos adolescentes en crisis. Para el juez, la joven tuvo la oportunidad concreta de evitar la muerte de Conrad y, en cambio, lo impulsó a seguir adelante.

La fiscalía demostró, además, que Michelle buscó mostrarse afectada por la tragedia a través de publicaciones en las redes sociales y hasta organizó una campaña de recaudación en su nombre. Para los investigadores, ese comportamiento era parte de su intento por encubrir los mensajes.

El 16 de junio de 2017, Michelle Carter fue declarada culpable de homicidio involutario. Un mes después, recibió una condena de dos años y medio de prisión, de los cuales debía cumplir 15 meses de manera efectiva. Salió en libertad en enero de 2020.

La joven nunca volvió a hacer declaraciones públicas extensas sobre el caso y, desde su liberación, mantiene un perfil bajo. La familia de Conrad, por su parte, continuó participando en campañas de prevención del suicidio. /TN