Capitán Héctor Cáceres: por proteger a un compañero murió a mano de los criminales “idealistas” del ERP

Sábado 22 de Septiembre de 2018, 10:21





Capitán Héctor Cáceres se llama una localidad ubicada en el Departamento Monteros de Tucumán, sobre la ruta provincial 324.

Su nombre homenajea al entonces teniente primero Cáceres, muerto en el combate del Río Pueblo Viejo, el 14 de febrero de 1975, a manos de guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que pretendían instaurar una dictadura comunista, a partir de un violento "foco rural" armado en los cerros de Tucumán.

Estas bandas criminales atacaban al Estado y mataban por motivaciones políticas, pese a que en el país había un gobierno constitucional, elegido por el pueblo, encabezado por Isabel Perón.

Ese 14 de febrero, una compañía del Regimiento de Infantería de Montaña 20 y una batería del Grupo de Artillería de Montaña 5, con base en la escuela de Los Sosa, emprendieron una misión de exploración en dirección a Villa Quinteros.

Después de atravesar Pueblo Viejo, los soldados, que llevaban como guía a un poblador civil, siguieron la marcha a pie, imposibilitados de seguir el avance en sus unidades de transporte.

A las 16 horas, el pelotón alcanzó las compuertas del río Pueblo Viejo, donde se dispuso un alto. En ese punto, los oficiales a cargo decidieron regresar al poblado pero a través de una ruta diferente, bordeando el curso del río para cubrir un radio de acción más amplio.

Se hallaban las tropas en plena marcha cuando el teniente Rodolfo Ritcher advirtió en un camino lateral la presencia de un hombre armado. El sujeto vestía uniforme y sin mediar palabra, abrió fuego obligando al oficial a buscar protección.

Cuando retrocedía hacia un grupo de matas, sobre un montículo, Ritcher recibió un disparo de Itaka en la espalda y cayó gravemente herido mientras, a su alrededor, se generalizaba el combate.

Al ver caído y herido a su compañero, el teniente primero Cáceres corrió a su lado para asistirlo y brindarle protección, sin dejar de disparar. Fue abatido de un certero impacto en el cuello que lo tumbó sobre la hierba, falleciendo casi al instante. Viendo aquella escena, mientras el combate recrudecía, Ritcher tomó una granada y tras decorrer su cerrojo, la arrojó sobre los atacantes corroborando, al dispersarse la humareda, que uno de ellos había muerto.

En ese momento, dos helicópteros artillados de la Aviación de Ejército intentaron aterrizar en el área pero fueron rechazados por misiles tierra-aire.

A esa altura, el intercambio de disparos era infernal y en pleno fragor del combate, las aeronaves se presentaron por segunda vez, lanzando sus misiles sobre la línea enemiga en la orilla izquierda. Mientras, uno de los helicópteros se posaba en un pequeño islote, próximo a la orilla derecha.

Todavía se luchaba cuando el teniente Ritcher fue evacuado en camilla hasta el helicóptero y conducido a Tucumán.

Al caer la noche, las fuerzas nacionales pudieron comprobar que dos guerrilleros habían sido abatidos en tanto sus filas habían experimentado la muerte de un oficial, el teniente primero Héctor Cáceres, y una baja considerable, la del teniente Ritcher, herido de gravedad.