Miércoles 27 de Mayo de 2020, 14:58
Fernanda vive en Entre Ríos, tiene 18 años y decidió hablar, una vez más. Muchas veces se pone a la víctima en el banquillo de los acusados. Se les pregunta por qué no habló antes o qué busca ahora con una denuncia. El caso de esta joven rompe con todos los paradigmas. Ella siempre habló, pero nunca antes le habían dicho: “Yo te creo”.
A 11 años del horror y ya instalada en una nueva casa y con su nueva familia adoptiva se siente fuerte, segura y convencida de volver a relatar lo que padeció bajo el techo de sus abuelos biológicos y adelantó: hay víctimas que se callaron durante 35 años.
“Semanas atrás me contacté con distintas agrupaciones feministas de Gualeguaychú, pero no tuve respuesta; así que escribí a otra agrupación de Buenos Aires y pudimos hacer público el video que se viralizó en las redes”, comenzó a contar Fernanda, mientras tomaba el desayuno en el comedor de su casa.
De la mano de su mamá y con un temblor constante en su cuerpo y su rostro, rememoró el abuso al que fue sometida cuando tenía apenas 6 años.“Antonio Enrique Funes es mi abuelo biológico y es al único que acuso; mi papá biológico se llama José y él nos maltrataba mucho, tanto a mi hermano como a mí. José nos maltrataba junto a su mujer. Ellos nos dejaron a la deriva… la culpa del abuso la tiene Enrique, pero José nos dejó abandonados cuando murió mi mamá a finales del 2007”, dijo Fernanda.
Cuando cuenta lo vivido comienza a temblar como aquella nena con miedo; pero ahora todo es diferente, porque ahora su familia adoptiva le cree y la apoya en la denuncia judicial y mediática.
Recuerda su niñez como “linda”, porque tenía amigos con los que jugaba en el barrio, aunque no puede dejar de emocionarse al contar que “nos agarrábamos de la mano con mi hermano y salíamos puerta a puerta a pedir algo para comer”.
La infancia robada y la doble cara del abuelo
“Enrique se mostraba amable, generoso y atento con todos, pero ahora se destapó todo y aparecieron nuevas víctimas; no sólo de abuso sino de violaciones. Hay tres víctimas más”, lanzó Fernanda.
Las nuevas víctimas se presentarían este martes en la Fiscalía de Martina Cedrés quien confirmó que “la denuncia va dirigida hacia el abuelo por corrupción de menores. Ahora vamos a empezar a reconstruir con evidencias y con la mayor cantidad de precisiones que nos van a servir para poder circunstanciar un hecho penal”.
Además, agregó que los hechos de abuso se extendieron durante meses y que primero “vamos a tomar un par de medidas y en unos 15 días aproximadamente vamos a notificarlo”.
La muerte de la madre de Fernanda fue un quiebre en su infancia. Al dolor de la pérdida se sumó un sinfín de vueltas: Fernanda y su hermano pasaron de vivir con sus padres, a ser asistidos por la ex pareja de su mamá; el triste paso por la casa de los abuelos; la convivencia con una familia de guarda durante nueve meses y finalmente, la esperada adopción de un matrimonio que deseaba la paternidad.
Once años después, Fernanda busca justicia. No sólo difundió su historia por redes y accedió a hablar con la prensa, sino que además juntó coraje y fue a enfrentar a su abusador.“Toqué timbre y me atendió él. No me reconoció”, comenzó a contar y resumió: “Enrique negó todo y se hacía el que no escuchaba; y mi abuela biológica me pidió que ‘no lleve problemas a su casa’. Ella es una negadora, pero pude volver a decirle lo que me hacía ese viejo de mierda; y recordarle que yo no mentía, que le pedí ayuda y ella me dijo que nada era cierto”.
Ahora es el tiempo de la Justicia, de las nuevas denuncias, y de sanar heridas profundas que marcaron a fuego a una joven fuerte y convencida de la importancia de darse una segunda oportunidad.
El video viralA través de la cuenta @feministaoficial la joven denunciante relató: “Me llamo Fernanda, tengo 18 años, nací en Entre Ríos, Gualeguaychú. Mi familia está compuesta por mis padres adoptivos, Ana y Orlando, y mi hermano biológico Federico”.