Cura exorcista con aval de la Iglesia vive en Santa Teresita: “El demonio es un perro encadenado que no puede morder”

Domingo 04 de Mayo de 2025, 13:02

El Padre Miguel Tamagno pertenece a la Diócesis de Chascomús.



El primer atributo para ser un buen exorcista es la discreción. Sacarse al demonio de adentro puede resultar un alivio, pero también un estigma. El padre Miguel Tamagno, exorcista de la Diócesis de Chascomús, lo sabe bien. Instalado desde hace algunos años en Santa Teresita, Tamagno cuida como oro la privacidad de los fieles que lo visitan.

"El exorcismo es, básicamente, una oración de liberación”, cuenta el párroco, sentado frente al altar de la iglesia que administra, en una entrevista con Clarín. En los últimos años, hablar de exorcismos dejó de ser una carga para los sacerdotes de la iglesia católica. Se nota en la naturalidad con la que el padre Miguel se refiere a este ritual milenario cuyos orígenes se remontan a las primeras civilizaciones. “El primer paso en el proceso del exorcismo es una entrevista”.

Hacer exorcismos no estaba en sus planes. Meses atrás, un llamado del Obispo de Chascomús, Monseñor Juan Ignacio Liébana, lo hizo cambiar de idea. Entonces empezó a entrenarse. Cada dos semanas viaja a Quilmes y a La Plata para recibir instrucción: asistir en exorcismos como ayudante, escuchar a sacerdotes con años de experiencia en la batalla contra el maligno, como él elige llamar al demonio.

“Las personas vienen a la iglesia por distintos motivos. Vienen a confesarse, a compartir lo que están viviendo. La mayor parte de los casos de malestar no requieren exorcismos, pero hay casos en los que, a través de la entrevista, te vas dando cuenta de que puede haber alguna manifestación del maligno en la persona”, explica Tamagno con una soltura controlada, profesional, calculando las sonrisas, las inflexiones y los desvíos cuando la charla rumbea hacia detalles que elige resguardar. Su tono alegre está marcado, como una sombra, por ese mandato de discreción.

¿Qué es lo más raro que te tocó ver en un exorcismo?

Trato de concentrarme en lo que yo tengo que hacer. La tarea de un cura, durante un exorcismo, consiste básicamente en decir una oración. Yo me aboco a la oración, a mi rincón, y al maligno lo dejó allá, en su rincón. No le presto atención. No me distraigo con la pirotecnia del maligno.

La parroquia de Santa Teresita, el lugar de trabajo de Tamagno.
La parroquia de Santa Teresita, el lugar de trabajo de Tamagno.

¿Se buscan las causas de la posesión?

Eso sale de lo que interrogás previamente. Generalmente, es gente que ha tenido relación con el ocultismo. O tal vez un maleficio, alguna cosa que ha pasado.

Tamagno fue designado exorcista por el Obispo de Chascomús. Más allá de su nuevo rol, se sigue capacitando con colegas de mayor recorrido.
Tamagno fue designado exorcista por el Obispo de Chascomús.


San Agustín solía comparar al demonio con un perro encadenado que no puede atacar. Al padre Miguel le gusta esa analogía. La cita. Pero aclara: "Un perro atado no te puede hacer nada, pero no vayas a ponerle la mano en la boca".

Los cuatro tipos de manifestaciones: así actúa el maligno:

En 1993 nació la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE). Uno de los fundadores fue Gabriele Amorth, un sacerdote romano tan famoso como polémico. Amorth aseguraba haber desterrado al diablo unas 60 mil veces. También decía que Harry Potter y el yoga eran obra del maligno. A la saga de libros de la británica JK Rowling la rechazaba por el tema de la magia, tópico al que consideraba demoníaco. Y al yoga, como al resto de las disciplinas de raíces hindúes, por aspirar a la reencarnación, creencia que contradice los postulados básicos de la ortodoxia cristiana de la resurrección y la vida eterna.

Gabriele Amorth, uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Exorcistas.
Gabriele Amorth, uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Exorcistas.

La AIE, que se reúne cada seis meses en Roma, se abocó en los últimos años a la definición de un glosario sobre el exorcismo. “Para que todos usemos los mismos términos”, aclara Tamagno. Así quedaron establecidas cuatro categorías principales que prescriben la actividad del demonio.

La infestación refiere a un lugar. Una casa, por ejemplo, en la que comienzan a suceder acontecimientos sin explicación lógica. “Por lo general, con una bendición se termina”, cuenta el padre. La vejación implica la aparición de lesiones, sin causa aparente, en el cuerpo de una persona. La posesión es la toma del control del cuerpo por parte del maligno. Y en la obsesión es la mente la que cae bajo dominio de una entidad demoníaca.

Como ocurre con casi toda disciplina, el exorcismo y los exorcistas pueden ser narrados desde las premisas del mundo laboral: formación, especialización, interconsulta. "Uno tiene la licencia para poder hacer esto, pero no quiere decir que tengas ojo clínico. Tenés elementos para responder a lo básico, pero te vas formando durante toda la vida como en cualquier profesión”.

Tamagno, como el resto de los sacerdotes que hacen exorcismos, cuenta con la asesoría de personal médico que lo ayuda a diferenciar entre posesión demoníaca y patología psiquiátrica. “El proceso del exorcismo tiene una primera etapa que es la entrevista. Es como cuando vas al médico: el médico te hace un montón de preguntas. Bueno, así, vos no vas directo a hacerte un exorcismo”, aclara.

El Exorcista, la película y la referencia

En cada entrevista que dio, a Gabriele Amorth le preguntaron por El Exorcista. La película de William Friedkin, estrenada en 1973, cristalizó desde la ficción el modo paradigmático de imaginar un exorcismo. La deformación de la cara, la inhumana flexibilidad en las articulaciones, el cambio de la voz, todos esos signos que afectan a Regan MacNeil (Linda Blair) son casi imposibles de obviar cuando se piensa en un cuerpo endemoniado.

Tamagno también postula como referencia la película de Friedkin. Y es ahí, mediante esa cita, cuando su discreción amenaza con ceder; aunque rápidamente se recompone.

¿Viste alguna vez a una persona reptar?

Sí, pero no mientras yo estaba haciendo un exorcismo.

¿Y cómo es?

Bueno, qué sé yo. Te llama la atención, con la anatomía que tenemos... Porque es una cosa imposible. Parece que el otro tiene una plasticidad....

Tamagno cierra la frase, y la entrevista, con una sonrisa. /Clarín