La
Justicia realizó durante las últimas horas un allanamiento al
departamento en el que vivía la fallecida escritora Beatriz Sarlo,
ubicado sobre la calle Hidalgo en el barrio de Caballito.
El
operativo se realizó por una denuncia del entorno de la escritora, que
llamaron al 911 por presuntas irregularidades vinculadas a los bienes de
la escritora. Durante la jornada del viernes se realizó un inventario. El Juzgado Civil 24 tomó control del inmueble.
La
disputa por el inmueble ahora tiene tres herederos. Es que en las
últimas horas se sumó a la disputa la arquitecta Ernestina Susana del
Río, una prima de Sarlo de 87 años que vive en Viedma y que fue muy
querida por la escritora en vida, tal como lo reflejó en su libro "No
entender", donde le dedica un extenso y cálido párrafo.
"Te recuerdo como la prima que suscitó mi fascinación por la arquitectura. Y hoy me parece justo agradecértelo. Vos
trabajabas en el altillo y yo me paraba al lado de tu tablero, colocado
a la izquierda de la ventana desde la que se veía el jardín de
adelante, para mirar cómo dibujabas. Después de esa iniciación nunca
disminuyó mi interés por la arquitectura hasta hoy. Por eso, te lo
atribuyo y te lo agradezco, porque se despertó en ese altillo de la
calle Tronador”, escribe Sarlo, citando una carta que le había mandado a
mediados de la década del 70 a su prima.
Del Río se suma a los dos hombres que se disputaban el departamento: El arquitecto Alberto Sato, marido de Sarlo; y el encargado del edificio, Melanio Alberto Meza López.
Este
último se había constituído a partir de una presunta nota que dejó la
escritora en vida, en la que además le delegaba la custodia de Nini, la
gata de la escritora. Hasta ayer, Mesa López era quien tenía las llaves
para acceder al inmueble.
Pero este viernes, además del inventario, se realizó un cambio a las cerraduras del departamento.
Es que entre los herederos en disputa existe la desconfianza por una
presunta desaparición de bienes de la escritora, que luego aparecían a
la venta en redes sociales. Este dato fue denunciado por una influencer
británica.
La
inclusión de Sato como heredero había quedado en tela de juicio, ya que
con Sarlo se habían separado a mediados de la década del 80, aunque
nunca habían avanzado con los trámites burocráticos para dejar escrito
en papeles ese divorcio. De hecho, la escritoria había rearmado su vida y
estuvo en pareja con el cineasta Rafael Filippelli hasta su muerte, en
2023.
La causa está a cargo de la jueza Cecilia Kandus, del Juzgado Civil n° 24, quien impuso un “bozal legal” a las partes./Clarín