La familia Kovalivker: una vida de lujos empañada por la sospecha de coimas y negocios turbios

Sábado 23 de Agosto de 2025, 10:00

Esta semana el nombre de Eduardo, Jonathan y Emanuel Kovalivker saltó de las páginas de sociales a las de policiales en diversos medios.



Nada parecía indicar que la rutina iba a alterarse de tal manera como para que en un barrio de sosiego, por unas horas, hubiera más patrulleros que carpinchos. Pero fue así porque la madrugada del viernes 22 llegaron hasta la entrada de “La Isla”, el sector más exclusivo de Nordelta y que visto desde el aire tiene exactamente la forma de un pene levemente enhiesto, una miríada de autos de la justicia y de la policía que iban tras los pasos de algunos integrantes de la familia Kovalivker, involucrados en lo que fue el escándalo de la semana -y posiblemente de las venideras- conocido como “los audios de Spagnuolo”.

La humorada de diseñar una isla artificial como una analogía genital posiblemente tenga que ver con que allí viven, y parafraseando términos carcelarios, los masculinos autopercibidos más dotados del país: Son vecinos de medianera los Mindlin, los Constantini, y hasta Mauro Icardi por citar solo algunos con Jonathan Simón Kovalivker y su hermano, también vecino, Emanuel Kovalivker. Los hermanos son dueños de la Droguería Suizo Argentina, acusada por el ex director de ANDIS como ser los recaudadores y distribuidores de las coimas que terminarían directamente en el despacho de la Secretaría General de la Presidencia.

Emanuel Kovalivker

Los agentes de la Metropolitana y el personal de la Fiscalía que lidera Piccardi no podían dar crédito de lo que veían cuando llegaron hasta la casa de Emanuel Kovalivker, el menor de los hermanos: el fibroso y delgado joven intentando subir a un auto para huir raudo y que, cuando lo revisaron, llevaba en el baúl una docena de sobres rotulados con nombres y apellidos y en el interior de cada uno una suma de dólares que variaban según el destinatario: en total, 266mil dólares y unos siete millones de pesos que no llegarán nunca al trucho destino prefijado.

Al allanar las dos casas, muchos de ellos no podían creer lo que veían sus ojos: el lujo y despliegue de dinero que ninguno de los agentes podrían, ni todos juntos ni en una vida, poder acopiar. No solo vieron los catorce autos de colección, desde Ferraris hasta Alfa Romeo y que cada uno cuesta lo que una casa; sino el sinfín de habitaciones donde la madera y el cuero perfuman, los vestidores repletos de prendas que son cada una de ellas varios sueldos de un agente, las comidas que ni siquiera conocían de nombre. Todo ese lujo se acumuló con años de labor en la droguería pero, a la luz de las últimas acusaciones del ex funcionario Diego Spagnuolo, también con el desfalco a las arcas del Estado.

Eduardo Kovalivker es el patriarca de esa familia. El hombre de 80 años vive retirado -en una especie de reposo del guerrero- en una chacra de los Altos de la Barra, en Punta del Este, a la que llamó “Granaderos”. Es que el hombre es sanmartiniano, tan fervoroso que incluso da charlas en las que habla de la austeridad del Gran Capitán, muerto en la pobreza y el exilio. En la mansión rodeado de obras de arte de dudoso gusto, y mientras en las hectáreas que la rodean Eduardo desgrana recuerdos y fantasías, también, en poemas y novelas eróticas que publica en el sello “Hojas del Sur”, la misma editorial que publica los libros de Nicolás Márquez y Agustín Laje y cuyo director es el organizador de “La Derecha Fest”, esa suelta de fascistas que se convocan dos o tres veces al año para autocelebrarse.

La familia Kovalivker: una vida de lujos empañada por la sospecha de coimas y negocios turbios
Eduardo, que conserva más del 60% de las acciones de la Droguería Suizo Argentina y que fue aportante, como sus hijos, de las campañas de Mauricio Macri primero y de Javier Milei después, no siempre se reconoció de derecha. En su juventud y mientras cursaba ingeniería química en la Universidad Pública de La Plata, era un militante socialista que agitaba las ideas del Mayo Francés, esas de “la imaginación al poder”, en el centro de estudiantes. Luego, al recibirse, recaló en Israel primero y luego en París, a donde llegó para una capacitación. Allí conoció a un Nicole Feinshon, se enamoraron y se casaron.

Nicole Feinshon

Instalados en Argentina, se casaron por el rito judío en una boda celebrada por el Rabino Marshal Meyer, luego integrante de la CONADEP. Eduardo empezó a trabajar en la empresa que había fundado su padre farmacéutico y en paralelo volvió a las aulas de la UNLP como ayudante de cátedra. En la empresa lo secundó hasta hace pocos años su hermano Néstor Osvaldo. Cuando llegó la dictadura, Eduardo fue secuestrado y liberado por una patota represiva, acusado de “entrenar perros para acciones terroristas”, algo que la familia adjudicó al encono por ser judío y socialista.

Casamiento Eduardo Kovalivker

Cuando los hermanos se retiraron de la dirección de la empresa, dejaron sus destinos  en la generación siguiente, más precisamente en el hijo mayor de Eduardo, Jonathan Kovalivker, que tiene el 12% del paquete accionario, idéntico al porcentaje de su tío Néstor Osvaldo y de una familia asociada: Viner. 

Las acciones de la Drogueria

La familia Kovalivker: una vida de lujos empañada por la sospecha de coimas y negocios turbios
Néstor, además, tuvo hasta hace dos años una empresa offshore en Florida, USA, a la que denominó RKN GROUP Llc, ya inactiva, que podría haber servido para triangular dinero de la droguería familiar.

Jonathan Kovalivker

La matriarca, Nicole, mientras está en Buenos Aires participa activamente de las actividades de la DAIA, donde integra algunas comisiones, se reúne con amigas y es parte de actividades de beneficencia. En Punta del Este dedica tiempo a la jardinería.

Eduardo Kovalivker

Eduardo y Nicole tuvieron tres hijos: Jonathan y Emanuel, a quienes nombramos, y una mujer: Sonia, que no tiene participación en la empresa y se dedica a la música y las bellas artes, en un universo muy diferente al del resto de su familia, al punto que suele cocinar en un comedor comunitario de una barriada de emergencia, para cientos de familias que están debajo del umbral de la indigencia.

Los hermanos varones son el opuesto a la menor de la familia: cuando no navegan en yates por las costas esteñas, participan de fiestas o compiten en automovilismo en categorías de autos de colección. Jonathan está casado con la ex modelo María Ivonne Senac, con quien tiene tres hijos, dos de los cuales son mellizos. Juntos son una postal de publicidad. Ivonne, que es arquitecta, suele trabajar como interiorista para ricos y famosos que necesitan decorar sus casas de Punta del Este y la labor suele promocionarse en “publinotas” editadas en el portal Infobae.

Jonathan e Ivy

Paralelamente, Jonathan y María Ivonne, a quien llaman Ivy, constituyeron en 2020 una sociedad dedicada a la compra, venta y alquiler de automotores y a la organización de eventos, llamada RS Eventos SRL. Lo curioso es que si ellos fluctúan en esas actividades entre Buenos Aires y Punta del Este, a la empresa la instalaron en Salta. No es la única iniciativa federalista. En Mendoza Jonathan Kovalivker está al frente de JK Helat LTH. Ya en Buenos Aires, es accionista de Unicred Securities SA y de Unis Asesores de Riesgos S.A, ambas dedicadas a las finanzas.

Las actividades y movimientos de estas empresas no son públicas ni reconocibles, ni siquiera de la que organiza eventos. Una línea que debería investigarse, teniendo en cuenta que la droguería sería parte de un alambique de coimas y dinero que requiere entrar al circuito mediante algún tipo de maniobra de lavado. /Data Clave