
Lunes 03 de Noviembre de 2025, 21:16
El transporte público en Tucumán atraviesa una de sus etapas más críticas, con una fuerte caída de usuarios, altos costos operativos y una dependencia cada vez mayor de los subsidios. Así lo advirtió Enrique Romero, exdirector de Transporte provincial y exsubsecretario municipal, quien pidió un debate integral sobre el futuro del sistema y un plan estratégico de largo plazo.
Romero señaló que el servicio “no es de excelencia”, pero advirtió que el problema se origina en decisiones políticas que beneficiaron al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y desfinanciaron al interior. “Desde el exministro Dietrich hasta la adenda firmada por Macri y Manzur, el transporte fue pensado solo para Buenos Aires”, afirmó.
El especialista defendió la necesidad de mantener los subsidios, al recordar que en todo el mundo el transporte público es una política de Estado. En Tucumán, el gobernador Osvaldo Jaldo destina unos $5.000 millones mensuales —$60.000 millones al año— sin ayuda nacional, mientras que Mendoza prevé $235.000 millones anuales.
En cifras, la capital tucumana cuenta con 320 colectivos que recorren unos 2 millones de kilómetros mensuales, consumiendo 130 litros diarios de gasoil por unidad. Solo en combustible, el gasto asciende a $1.560 millones al mes, y los costos operativos totales alcanzan $3.185 millones, sin contar repuestos ni mantenimiento. “Un colectivo nuevo cuesta $220 millones; uno eléctrico, hasta medio millón de dólares. Es imposible renovar la flota sin apoyo financiero”, detalló.
La crisis también se refleja en la pérdida de pasajeros: desde 2019, el corte de boletos cayó un 45%, pasando de 55,6 millones a 30,6 millones. A esto se suman los boletos gratuitos o subsidiados para estudiantes, jubilados, docentes y personas con discapacidad, que reducen aún más los ingresos de las empresas.
Romero advirtió que “muchas empresas están sin crédito para comprar gasoil y algunas en convocatoria de acreedores”, por lo que instó a “reunir a todos los actores y compartir el esfuerzo económico”.
Finalmente, propuso crear un Plan Estratégico a 20 años con incentivos fiscales, un fondo fiduciario para financiar reconversiones, eliminación de recorridos superpuestos y servicios diferenciales más eficientes. También pidió regular a las aplicaciones de transporte digital, que hoy “no tributan ni cumplen con las normas de seguridad y licencias”.
“Solo equilibrando los subsidios y regulando todos los servicios podremos garantizar un transporte público de calidad, sostenible y seguro”, concluyó.