Según reconstruyó este medio, todo comenzó cuando
Santiago, de 24 años, y un amigo salieron del bowling ubicado a pocos metros de una panchería. Allí
fueron interceptados por un grupo de chicos que, sin motivo claro, comenzó a exigirles que les compraran comida. “No les dieron ni tiempo”, relató
Lorena, la madre de Santiago, visiblemente conmocionada.
Lo que empezó como un pedido absurdo se transformó en una escena de violencia extrema.
Al intentar alejarse, los jóvenes fueron rodeados y atacados. Primero golpearon a uno; cuando el otro quiso ayudarlo, la patota descargó su furia sobre Santiago.“Mi hijo es el que se cae tres veces… queda inconsciente en el piso”, narró Lorena, todavía impactada por la gravedad de las lesiones y la pérdida de memoria que sufrió el joven.
Además de la golpiza, a ambos les robaron las billeteras y los celulares antes de que el grupo se dispersara por la peatonal.
La agresión, ocurrida en pleno fin de semana largo, dejó a la ciudad balnearia en estado de alerta y abrió un fuerte reclamo por mayor presencia policial en los puntos más concurridos.