Jueves 27 de Noviembre de 2025, 07:39
En Arlington, Texas, Estados Unidos, el certamen Official Strongman Games removió el título a la atleta Jammie Booker, que había sido proclamada inicialmente como "La Mujer Más Fuerte del Mundo".
La organización explicó que la decisión obedeció al incumplimiento de normas de categoría y anunció que investigará lo sucedido con urgencia inmediata.
En un comunicado en redes, los organizadores dijeron: “Parece que un atleta que es biológicamente masculino y que ahora se identifica como mujer compitió en la categoría Abierta Femenina”. Agregaron que “Los directivos de Strongman desconocían este hecho antes de la competición y hemos estado investigando urgentemente desde que nos informaron”.
Según la crónica del torneo, Booker, oriunda de Filadelfia, se había impuesto durante el fin de semana en varias pruebas y subió como La Mujer Más Fuerte del Mundo. Días más tarde, sin embargo, la organización la sacó de la clasificación general por no registrar su sexo biológico al nacer en la categoría femenina.
Reacciones y reorganización del podio
La subcampeona Andrea Thompson abandonó el podio en señal de protesta y calificó de “tonta” la entrega inicial del título. Tras la descalificación la organización la ascendió a primera posición. En redes y entre colegas se multiplicaron los apoyos hacia Thompson y la polémica abrió un debate sobre reglas y transparencia.
Los organizadores aseguraron que actualizarán el podio y defendieron su normativa: “Somos claros: los competidores sólo pueden competir en la categoría del sexo biológico registrado al nacer”. A la vez, insistieron en mantener políticas de inclusión, pero subrayaron su obligación de preservar la igualdad competitiva en las divisiones del certamen.
Rebecca Roberts, tricampeona, expresó: “Las mujeres transgénero, las personas nacidas varones, no deberían competir en la categoría femenina”. Añadió que ninguna competidora conocía esos antecedentes y que el episodio había planteado dudas sobre la transparencia. Finalmente dijo: “Mi mensaje es simple. Las personas trans tienen cabida en el deporte, pero las divisiones femeninas deben seguir siendo exclusivamente femeninas por nacimiento”.
Hasta ahora Jammie Booker no hizo declaraciones públicas y la organización dijo que no logró comunicarse con ella desde el cierre de la competencia. Los directivos sostienen que intentan establecer contacto mientras prosigue la pesquisa interna para determinar responsabilidades y decidir si el caso tendrá sanciones adicionales o medidas disciplinarias.
El episodio reavivó el debate global sobre cómo compatibilizar inclusión y equidad en competencias deportivas. Strongman insiste en aplicar su reglamento para preservar la igualdad entre categorías, mientras que organismos y atletas piden reglas más claras y procesos de verificación previos para evitar que situaciones semejantes vuelvan a alterar resultados y confianza en el deporte.
/Radio Mitre