Cuadernos: “Cristina Kirchner era la destinataria final de los sobornos, se benefició con ellos”

Jueves 27 de Noviembre de 2025, 17:56

El juicio oral por los Cuadernos de las Coimas, este jueves 27 de noviembre.



En marcada desobediencia al pedido del Tribunal que la juzga en el caso de los Cuadernos, Cristina Kirchner continuó sin mostrarse durante la quinta audiencia virtual. Sin embargo, la lectura de la jornada la colocó en el centro de las maniobra delictivas investigadas. “Fue la destinataria final de los sobornos. Se probó que además de haber sido la jefa de la asociación ilícita, recibió las coimas. Se dijo más: "resultó ser la única con capacidad real y efectiva para decidir cómo y qué hacer con la mayoría del dinero entregado en carácter de coimas".

Este jueves, desde las 9 de la mañana, se reinició el juicio por el caso Cuadernos, de forma virtual, dando por concluida la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la casa central, donde se explicó por qué el sistema de recaudación develado a partir de las anotaciones de Oscar Centeno (ex chofer de Roberto Baratta) y más de 330 medidas de pruebas, se constituyó en una asociación ilícita.

El juicio, que continuará bajo la modalidad virtual, está a cargo del TOF 7, cuyos jueces son Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, con la intervención de la fiscal general Fabiana León.

A lo largo de la audiencia y por secretaría, se dio lectura al tramo del dictamen acusador del fiscal federal Carlos Stornelli, donde se dio cuenta del rol de Cristina Kirchner en la recepción de los sobornos que los empresarios pagaron desde 2003 a 2015.

En la causa se “probó que además de haber sido la jefa de la asociación ilícita en cuestión, detentó un rol activo en lo que concierne al sistema de recaudación de dinero instaurado”, leyó la secretaria del Tribunal.

Los hechos de sobornos que se le atribuyen a la ex mandataria "encuadran en el mecanismo de recaudación ilegal de fondos estructurado desde la cúspide del Poder Ejecutivo Nacional donde cada pago comenzaba su recorrido en las oficinas de distintas empresas para acabar, en la quinta presidencial de Olivos, en el domicilio ubicado en la calle Uruguay, y en algunos casos en la Casa de Gobierno".

La acusación fue mayor: "La principal receptora de los sobornos garantizados por los empresarios a los funcionarios públicos del Poder Ejecutivo de la Nación resultó ser Cristina Fernández que era quien tomaba posesión final de la mayoría del dinero otorgado por los privados".

Grandes entregas de dinero

El cuadro probatorio reunido -según especifica el requerimiento de elevación-, es el que posibilitó corroborar el rol de la ex presidenta.

Así se describió: “gran cantidad de las entregas de dinero recibidas por los integrantes de la asociación con motivo de los pactos espurios acordados con los empresarios señalados en los acápites precedentes fueron, en último término, trasladadas -también por miembros de esa organización- a inmuebles que eran utilizados por Cristina Kirchner”.

Entre ellos se encontraban la quinta de Olivos, la Casa de Gobierno y el departamento ubicado en la intersección de las calles Juncal y Uruguay de esta ciudad, “inmueble este último del que se valía la organización para para acopiar el dinero retirado de las distintas empresas”.

Sin embargo, se hizo puntual énfasis en el departamento de barrio porteño de Recoleta donde vivió hasta hace dos años la ex mandataria.

Para la justicia federal, el inmueble de la calle Uruguay y Juncal fue lugar de destino para muchos de los bolsos y valijas que se recaudaron. En ese lugar, detalla la acusación, “el dinero era recibido por el entonces secretario privado Daniel Muñóz, y generalmente era trasladado de manos de Roberto Baratta, el funcionario encargado de coordinar y retirar los pagos de los empresarios”.

Fue en ese momento cuando se escuchó durante la audiencia en la que comparecen 86 imputados antes ante el TOF 7, que la ex Presidenta era la “destinataria final de las coimas”.

Al momento de sustentar la acusación, el Ministerio Público Fiscal indicó: “Los eslabones convergen así en un solo punto. Roberto Baratta fue identificado como el comunicador y receptor inicial, Muñoz como uno de los intermediarios finales, y Cristina Fernández como la destinataria final de fondos”.

Las confesiones que acorralan a CFK

Los aportes realizados por dos imputados colaboradores durante la instrucción “ratificaron la participación e intervención directa de Cristina Kirchner en la recepción de los sobornos garantizados por los privados”.

Se mencionó lo dicho por Claudio Uberti, quien contó que tras un encuentro con Gerardo Ferreyra (Electroingeniería) “llevó, en dos o tres oportunidades, bolsos con más de diez kilos, al departamento ubicado en Uruguay y Juncal. Incluso refirió que él ya le había comentado que si tenía un “paquete chico” lo llevara al despacho de Balcarce y que “si era grande” debía ponerse en contacto con Muñoz para que se lo llevara a la calle Juncal”.

Por su lado, el financista Ernesto Clarens también ratificó esa modalidad desarrollada para que Cristina Kirchner “pudiera disponer, en última instancia, de las coimas pagadas por los representantes de las compañías”.

En el requerimiento de elevación a juicio se señaló que “evidentemente Uberti y Clarens no sólo coincidieron en los lugares finales sino también en los medios de entrega. Es decir, las más importantes, en cuanto a la cuantía de dinero, debían ser entregadas en el domicilio particular que poseía Cristina Fernández en esta ciudad”.

Incluso Claudio Uberti, consta en el dictamen acusador, “afirmó haber visto los bolsos en ese lugar”. Se leyó: “En una ocasión subí al departamento, allí había otras valijas en el palier y en su dormitorio había muchas otras más, en el departamento en esa ocasión no había nadie, pero por referencias de Muñoz esas valijas con dinero las iba a llevar a Santa Cruz”.

José López también concordó con este punto: “en julio o agosto de 2007 se había realizado una entrega en la puerta principal del domicilio ubicado en Uruguay, donde llevaron una valija con aproximadamente ocho millones de dólares, previa comunicación con Muñoz”. Según expuso el ex secretario de obras públicas, “correspondía a una recaudación de obras viales”.

Beneficiaria de los sobornos

Al proseguir con la lectura de la acusación, se concluyó que Cristina Kirchner “se benefició con los sobornos”.

Todos estos actos parciales -se leyó en el juicio- “resultaron ser complementarios entre sí. Las pruebas recolectadas y los aportes realizados por los imputados colaboradores revelan la maniobra global implementada”.

Esos actos delictuales propuestos por la “organización criminal resultaron ser sobornos garantizados por los empresarios a los funcionarios públicos del Poder Ejecutivo de la Nación. Y la principal receptora resultó ser Cristina Fernández , quien más allá de ser la Presidenta de la Nación Argentina, era quien tomaba posesión final de la mayoría del dinero otorgado por los privados”.

En definitiva, la ex presidenta “resultó ser la única con capacidad real y efectiva, para decidir cómo y qué hacer con la mayoría del dinero entregado en carácter de coimas”.

De allí que en esta instancia “se haya podido afirmar, con el grado y la fuerza necesaria, que ella recibió dinero de los empresarios para ejercer la influencia necesaria que le permitiera incidir a su favor”.

Pero Cristina Kirchner no era la única que obtenía rédito del circuito investigado: la acusación describió que el sistema “era perfecto, las dos partes obtenían beneficios. Los empresarios para las compañías que representaban y estaban pujando por negocios públicos –sea obras viales, subsidios, etc- y, los funcionarios públicos –siendo ella la máxima referente-, se enriquecían y garantizaban la continuidad de la operatoria lo cual le permitió recaudar la mayor cantidad de dinero posible mientras ella y su esposo estuvieron al frente del Poder Ejecutivo de la Nación”.

Por Lucía Salinas / Clarín