Jueves 27 de Noviembre de 2025, 19:50
Las últimas horas de Maduro, según María Corina Machado, son “oscuras, sangrientas, violentas y reveladoras del colapso de un régimen que ya no tiene capacidad de sostenerse”. Desde la clandestinidad, y en medio de una escalada represiva que incluyó nuevas detenciones y denuncias de desapariciones forzadas, la dirigente opositora aseguró que Venezuela atraviesa un punto de inflexión histórico. En sus últimas intervenciones públicas, Machado afirmó que el poder de Maduro “se desmorona por dentro”, debilitado por el aislamiento internacional, la pérdida de legitimidad interna y el desgaste de una estructura que ella define como “narcoterrorista”.
Machado, galardonada este año con el Premio Nobel de la Paz, insistió en que el país vive un momento decisivo. Sostuvo que la represión, lejos de mostrar fortaleza, expone el temor del régimen frente a un proceso de transición que —asegura— ya está en marcha. También denunció que decenas de personas, incluso menores de edad, fueron detenidas o desaparecidas en las últimas semanas como parte de un mecanismo sistemático para intimidar a la ciudadanía. Para Machado, estos episodios constituyen la evidencia de que Maduro “ha declarado una guerra abierta contra los venezolanos”.
En paralelo, la dirigente llamó a las Fuerzas Armadas a tomar posición en lo que describe como un tramo final. Señaló que “la historia está ofreciendo una oportunidad única” y advirtió que los militares deberán decidir si acompañan un cambio pacífico o si se hunden junto a un gobierno que —según ella— perdió toda legitimidad. En su visión, el quiebre definitivo será institucional, no militar: “cuando se terminan los flujos criminales que sostienen a la cúpula, el poder cae por gravedad”.
Machado publicó recientemente el “Manifiesto de Libertad”, un documento que anticipa el escenario posterior a la salida de Maduro. Allí plantea una transición democrática, la reconstrucción económica basada en la apertura de mercados, la vuelta de millones de exiliados y la creación de un sistema de justicia capaz de procesar los crímenes cometidos durante el chavismo. Según declaró, el país se encuentra “a las puertas de una nueva era” y sólo resta que la ciudadanía y los sectores institucionales “den el paso final”.
Para la líder opositora, las señales internas e internacionales convergen hacia un mismo punto: el final del ciclo chavista. Asegura que la falta de apoyo externo, la presión diplomática creciente y el deterioro interno del aparato de control convierten este momento en el más frágil para el gobierno en más de dos décadas. Por eso define esta etapa como “las últimas horas de Maduro”: un cierre convulso, marcado por el silencio oficial, el hermetismo dentro de las estructuras de poder y una sociedad que —dice— está lista para recuperar la libertad después de años de crisis humanitaria, colapso económico y violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Machado concluyó que la transición no será sencilla ni inmediata, pero insistió en que es irreversible. “Maduro está viviendo sus horas finales y lo sabe”, afirmó. “La oscuridad de estos días es la prueba de que la luz está muy cerca”.