Viernes 28 de Noviembre de 2025, 07:32

La actualización del régimen se implementará desde enero de 2026 y reducirá el volumen de energía subvencionada; habrá pérdida de la bonificación para 140.000 familias de ingresos medios y cambios para industrias y usuarios de ingresos altos
A partir del 1° de enero, el Gobierno implementará un nuevo esquema de subsidios para los usuarios residenciales de electricidad y gas, y para los consumidores de garrafas. El nuevo régimen implicará aumentos finales en las facturas de esos servicios -no se precisó cuánto- y pérdida de bonificaciones generalizada.
Ya no habrá segmentación por niveles de ingresos (altos, medios y bajos), según se precisó: solo existirán dos categorías de usuarios, quienes recibirán subsidios y quienes no. Por otra parte, las bonificaciones no se aplicarán de manera uniforme todo el año, sino únicamente en los meses de mayor consumo energético.
La Secretaría de Energía publicó hoy en el Boletín Oficial una resolución con los lineamientos del nuevo sistema de Subsidio Energético Focalizado (SEF) y abrió una consulta pública que se extenderá durante 15 días hábiles.
Si no hay cambios tras ese proceso, el régimen comenzará a regir desde enero de 2026. Como se mencionó, esto implicará aumentos de tarifas en algunos casos —según el tipo de usuario y la época del año— y la pérdida de la bonificación para 140.000 familias de ingresos medios.
Actualmente, reciben subsidios directos 9,24 millones de usuarios de electricidad y 5,13 millones de gas por red. Se trata de hogares con ingresos declarados de hasta 3,5 canastas básicas totales (CBT), equivalentes a $4,25 millones. Dentro de este grupo, casi 6 millones de usuarios eléctricos y 2,89 millones de gas están registrados como ingresos bajos, con ingresos menores a 1,5 CBT ($1,8 millones).
El nuevo umbral para acceder al subsidio será de tres CBT (hoy, $3,6 millones). Por lo tanto, los usuarios de ingresos bajos conservarán el beneficio de manera automática.
Debido a la alta informalidad, el Estado continuará analizando el patrimonio de cada usuario para detectar casos en los que haya subsidios otorgados de manera indebida (como ocurrió con el 15% de los residentes de Nordelta que había solicitado la ayuda).
Quienes ya estén inscriptos en el Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (RASE) no deberán volver a anotarse: sus datos serán migrados automáticamente y podrán actualizarse cada mes con una declaración jurada.
En electricidad, los hogares que califiquen tendrán una bonificación del 50% sobre un bloque de consumo de hasta 300 kWh mensuales en verano e invierno, y de 150 kWh en primavera y otoño. Si superan esos límites, abonarán el costo pleno por el excedente.
Hasta ahora, los subsidios cubrían el 100% de un bloque de hasta 350 kWh mensuales para ingresos bajos y de hasta 250 kWh para ingresos medios. En la práctica, el Estado subsidiará un volumen mensual menor de electricidad. El costo promedio anual de la energía eléctrica residencial es de US$75 por kWh.
En gas, el subsidio del 50% ahora se aplicará solo entre abril y septiembre, cuando el consumo residencial se multiplica por cinco por las bajas temperaturas. El resto del año, todos los usuarios pagarán el precio pleno, equivalente a US$3,80 por millón de BTU (medida inglesa que se usa en el sector), sin bonificación.
El Gobierno dispuso además que el precio del gas para los hogares se mantenga estable durante todo el año, a diferencia de lo que ocurre en la industria y el comercio, donde el valor sube a US$4,50 en invierno y baja a US$2,90 en verano cuando hay menos demanda. Los bloques de consumo subsidiado no sufrirán modificaciones porque contemplan las necesidades estacionales de cada región.
De manera excepcional, durante 2026 habrá una bonificación adicional del 25% en enero para ambos servicios. Así, ese mes la electricidad tendrá un subsidio total del 75%, y el gas —que no cuenta con subsidios en verano— un descuento del 25%. Ese plus se reducirá 2% por mes hasta desaparecer en diciembre de 2026.
Según la Secretaría de Energía, con el nuevo esquema, en los meses de mayor demanda eléctrica, el 35% de los usuarios pagará una factura promedio menor a $22.000; el 66%, menos de $44.000, y el 81%, por debajo de $67.000.
En el caso del gas, durante el invierno, el 56% pagará menos de $14.000; el 75%, menos de $56.000, y el 83%, menos de $73.000.
Los usuarios residenciales pagan hoy en promedio el 55% del costo de la electricidad y el gas. Con el nuevo esquema, en 2026 la cobertura pasará al 76% en electricidad y al 79% en gas.
Los hogares de ingresos altos (7,32 millones de usuarios de electricidad y 4,46 millones de gas) también sentirán el impacto del nuevo esquema. Hasta ahora pagaban un valor de referencia que estaba subsidiado de manera indirecta y no reflejaba el costo real del sistema. A partir de enero, la Secretaría de Energía publicará los costos reales del gas y la electricidad. El cambio también afectará con fuerza a las industrias y comercios que no tienen contratos firmados a largo plazo y deben pagar el precio de mercado (spot) en cada momento.
En cuanto a los usuarios de garrafas, se incorporarán al nuevo régimen los 3,36 millones de beneficiarios del Programa Hogar. Recibirán una bonificación mensual equivalente al valor total de una garrafa de 10 kilos ($15.000) en invierno y al 50% del costo por mes durante el resto del año. Desde enero deberán inscribirse en el sitio oficial de la Secretaría de Energía (www.argentina.gob.ar/subsidios).
El objetivo del Gobierno es reducir el gasto en subsidios energéticos del 0,65% del PBI proyectado para este año al 0,5% (US$3000 millones), según el proyecto de presupuesto 2026. En 2024, ese gasto había sido de 0,9% del PBI.
Según fuentes oficiales, la depuración del padrón se mantuvo activa durante todo el año. Allí se detectaron, por ejemplo, 370.000 solicitudes a nombre de personas fallecidas y 15.518 hogares en countries y clubes de campo que recibían subsidios como si fueran de ingresos bajos.
“Con este paso, el Gobierno reafirma su decisión de ordenar la política de subsidios energéticos, cuidar la plata de los argentinos y avanzar hacia un sistema más justo, transparente y sostenible, en el que la ayuda social deje de ser un beneficio generalizado y vuelva a cumplir su función esencial: proteger a los usuarios residenciales vulnerables, bajo un esquema claro y con mayor previsibilidad en el impacto de las facturas a lo largo del año”, señalaron desde la Secretaría de Energía.
/La Nación
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