Viernes 28 de Noviembre de 2025, 08:48
La Iglesia Católica realizó en Buenos Aires el acto de clausura de la fase diocesana del proceso de canonización del Siervo de Dios, coronel Argentino del Valle Larrabure, nacido en San Miguel de Tucumán en 1932.
La ceremonia, presidida por el obispo castrense monseñor Santiago Olivera, contó con la presencia del ministro de Defensa, Luis Petri, y de representantes de todas las Fuerzas Armadas, que acompañan e impulsan la causa de santificación del militar tucumano. La ceremonia estuvo presidida por el Obispo Castrense, Santiago Olivera.
Con este acto se cerró oficialmente la etapa diocesana, luego de años de recopilación de testimonios, peritajes e investigación sobre la vida y el martirio de Larrabure. Todo el material será remitido al Vaticano, donde comenzará la fase romana del proceso de canonización. De avanzar favorablemente, podría convertirse en el primer santo tucumano.
Argentino del Valle Larrabure nació el 6 de junio de 1932 en la capital tucumana. Ingeniero químico, docente y oficial del Ejército, fue secuestrado por el ERP en agosto de 1974 mientras se desempeñaba como subdirector de la Fábrica Militar de Explosivos de Villa María.
Pasó 372 días cautivo en una celda mínima en Rosario, donde según las investigaciones se negó a colaborar con sus captores en la fabricación de explosivos, aun sabiendo que esa decisión ponía en riesgo su vida.
Fue asesinado el 19 de agosto de 1975, y la Iglesia estudia su muerte como un posible martirio en odio a la fe, una de las vías hacia la beatificación.
El proceso avanza hacia Roma
Durante el acto, monseñor Olivera destacó la figura del tucumano como ejemplo de fe, perdón y entrega. La causa avanzará ahora en el Dicasterio para la Causa de los Santos, donde se evaluará la documentación reunida por el tribunal diocesano.
Si el Vaticano reconoce el martirio, Larrabure podría ser declarado beato sin necesidad de acreditar un milagro previo. La posibilidad de que sea reconocido como santo representa un hecho histórico para Tucumán y para las Fuerzas Armadas, que consideran su testimonio como un legado espiritual para las nuevas generaciones. /
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