Domingo 20 de Febrero de 2022, 18:55

Tomás (12), junto a sus padres Lorena Bernat (45) y Nicolás Galdeano (46), cuando preparaban las valijas para irse a España
Se van del país 100 personas por día. Cada 24 horas, Ezeiza se llena de familiares que despiden a un ser querido que busca en otro lado una vida distinta a la que puede ofrecer la Argentina. En los primeros nueve meses de 2021, más de 26.000 ciudadanos tomaron otros rumbos según datos oficiales de la Dirección Nacional de Migraciones a los que accedió Clarín, y fueron publicados en una nota firmada por el periodista Javier Firpo.Las cifras indican que entre el 1° de enero y el 29 de septiembre cruzaron la frontera hacia el exterior 653.631 personas. De ese total, el 57% declaró que lo hizo por "turismo", el 18% porque tiene residencia en el exterior, otro 18% adujo razones laborales, un 4% dijo que lo hizo por "mudanza" y un 3% por estudio.
El 4% del ítem "mudanza" son los que oficialmente se fueron a vivir a otro país. Son 26.145 personas, que equivalen a 96 cada 24 horas si se los divide por los 272 días de 2021 hasta el 29 de septiembre. Pero se estima que la cifra real de los que emigraron es mayor.
"Es casi seguro que un porcentaje de los que se trasladaron por trabajo y estudio lo hayan hecho para instalarse en el nuevo destino y no volver. Es sentido común dada la situación económica y social por la que atraviesa Argentina", afirma Lelio Mármora, director del Instituto de Políticas Migratorias y Asilo (IPMA) y titular de la Maestría en Políticas y Gestión de Migraciones Internacionales de la Universidad de Tres de Febrero.
El 18% que declaró irse por razones laborales equivale a 112.427 personas. Y el 3% que dijo hacerlo para estudiar, a 18.737. Por eso no es una cuestión menor la que apunta Mármora. A la vez, se sabe, que muchos de los que marcan el casillero "turismo" cuando salen del país viajan con la intención de instalarse en destinos como Estados Unidos o Europa con visa de turista.
Con muchos años de experiencia en la docencia y en la gestión pública, ya que fue director de Migraciones y también del Indec en tiempos de Néstor Kirchner (de donde se fue por diferencias de criterio), Mármora está sorprendido "por la cantidad de jóvenes que se ha ido y se está yendo en un año tan complejo, muchas veces sacrificando cierto confort y, en otros casos, aceptando trabajos de menor valía que los que podrían tener en la Argentina. ¿A qué se debe el éxodo? El principal motivo es el desconcierto general y la falta de perspectivas a futuro que ofrece el país".
De 80 años, Mármora hace hincapié "en la zozobra política y en la incertidumbre económica y social, sumada a la inseguridad personal y a la desesperanza por la falta de un futuro. Hoy la Argentina es de una inseguridad estructural en todo sentido,? por eso no sorprende esos 100 ciudadanos que, en promedio, dejan el país cada día. Es tan doloroso como real, pero no se puede vivir con semejante nivel de imprevisibilidad, situación que lleva a tomar una decisión extrema".
Según los datos oficiales de Migraciones, los destinos por los que salieron del país por todo concepto este año son: Estados Unidos (153.253 personas), Chile (100.105), España (77.412), Uruguay (63.924) y en el quinto lugar asoma Paraguay, donde se produce un salto, ya que allí viajaron "sólo" 36.206. "Es llamativo también cómo se dio vuelta la tortilla, ya que a la Argentina venían los vecinos de la región, movimiento que se revirtió y hoy son más los argentinos que se van a los países limítrofes", analiza Mármora.Alieto Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación, afirma que "en los últimos diez años, en América Latina, progresaron todos los países menos dos: Venezuela y la Argentina. En esa década, el nivel de vida de los argentinos disminuyó un 16% (y el de Venezuela, 74%). Ningún otro país cayó de esta manera, con lo cual no es extraño que los países con más emigración en la región sean Venezuela y Argentina. Y no sorprende que un país que dejó de crecer, con 21 millones de pobres, también aumente la emigración. Ojo, Argentina no es un país pobre, sino empobrecido".
Doctor en Economía de la Universidad de Berkley, a Guadagni le parece hasta "lógico" que se vayan 100 personas por día "de Argentina, uno de los pocos casos dentro del capitalismo moderno que avanza para atrás. Por otra parte, los que emigran son los más educados y preparados, es difícil que se vaya alguien que no terminó la escuela secundaria. En consecuencia se produce un drenaje de capital muy grande, una triste y lamentable fuga de cerebros".
Clarín se comunicó con UN DESA, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que dio a conocer el reporte más reciente de emigración, que data de 2020, y que puntualiza que en el extranjero viven 1.076.148 argentinos (de los cuales 550.257 son mujeres). Dentro del mismo registro se estable que 284.921 (26.5%) se afincaron en España, 219.448 (20.4%) en Estados Unidos y 79.253 (7.3%) en Chile.
La consultora Taquión Research Strategy hizo un relevamiento sobre 2.500 casos a nivel nacional cuyo tema de análisis era "el futuro". El estudio, que data de junio, arrojó como resultado que 6 de cada 10 argentinos se irían del país si pudieran hacerlo. A la hora de consultarlos sobre qué sienten de cara a lo que se viene, el 70,7% es pesimista: 49,5% expresó preocupación, el 11,3 miedo y el 9,9 desconfianza, aspectos que se centran "en la falta de oportunidades de desarrollo, acceso al trabajo y temor por la inseguridad".En el mismo trabajo de Taquión se remarca que el 82 por ciento de los jóvenes de 25 años desea irse y el 72% de la franja que va de 26 a 38 años no ve su futuro en el país. No deja de sorprender que, también, lo quiera hacer el 57% de los que tienen 39 a 55 años y el 40 por ciento de los "baby boomers", aquellos que están arriba de los 56 años.
Argentinos en las redes1
Mercedes Camaño, argentina radicada en Madrid, al frente de Cruzar el Charco, agencia de asesoría migratoria, ratifica "el crecimiento exponencial de argentinos que viajaron y que quieren rumbear a España. Respecto de 2020 mi trabajo ha crecido un 150 por ciento en 2021, año en que se ha incrementado ampliamente el número de argentinos que se quieren venir, a los que podemos dividir en tres grandes grupos: estudiantes, inversores y emprendedores", explica.
Del deseo a la realidadNicolás Galdeano (46) y Lorena Bernat (45), tucumanos, están atravesando el duro proceso de emigración. "Nos gustaría que este momento pase rápido pero el camino es lento, aunque venimos cumpliendo cada una de las etapas", dice esta pareja, padres de Tomás (12), que en agosto vendieron la casa donde vivieron 7 años, "y después cama, mesas, sillas, heladera, vajilla y el auto", describen."Al principio la familia y los amigos no creen que te vas, y uno medio que tampoco... Hasta que vendés la casa, el auto y te van cayendo las fichas y aparecen un montón de sensaciones encontradas, temores, inseguridades, llantos", dicen.
En 2018 la familia viajó a Madrid y en un city-tour Lorena deslizó un inocente comentario: "Qué lindo sería vivir acá, ¿no?". La aprobación de Nicolás no se hizo esperar, pero con el tiempo esa sensación se evaporó. El 31 de diciembre de 2019 entraron ladrones a su casa y la desvalijaron. "Ahí nos convencimos de que no queríamos vivir más en Tucumán y volvió a surgir el sueño de Madrid. Pero como los dos teníamos trabajo, no nos mentalizamos", acota él.
En marzo último, después de nueve años, a Lorena la echaron del instituto neurológico donde trabajaba y la familia retomó seriamente el plan de emigración. Semanas después del despido de su mujer, Nicolás presentó la renuncia en una multinacional en la que se desempeñaba en la parte comercial desde hacía quince años. Lo intentaron retener, le mejoraron la oferta salarial "pero no hubo caso, estábamos decididos a irnos, nos urgía otra vida. Sabemos que no tenemos veinte ni treinta años, pero sentimos que nuestra vida se nos escurre y vivir con miedo, encerrados, sin perspectivas de mejora no es lo que queremos para nuestros hijos, ni nosotros queremos envejecer así".
Pese al agotamiento por la hiperactividad, los trámites y el estrés de los últimos dos meses, Lorena y Nicolás son una pareja sólida, que se casó el año pasado para refrendar el amor y llegar a Europa con otro estatus.
Las principales vacilaciones de Lorena y Nicolás pasaban porque cada uno tiene un hijo de una pareja anterior, de 23 y 25 años, "que en ambos casos nos dieron el espaldarazo necesario para darle rienda suelta a esta aventura, de la que siempre estuvimos convencidos más allá de los lógicos temores. No es sencillo el desarraigo, es triste, porque uno se va de un lugar insatisfecho, en busca de una supuesta seguridad", reflexiona ella.
El desarraigo¿Es traumático emigrar? "Traumático sería de tratarse de una partida repentina, de lo contrario es estresante, esforzado, doloroso y conflictivo, más allá de que el desarraigo es parte de la cultura de nuestro país", ilustra el psicólogo Miguel Espeche.
"Irse del propio país puede ser un proyecto o un impulso, sin embargo el dolor, la tristeza y la nostalgia aparecen con el tiempo y a miles de kilómetros de distancia cuando ya no tenemos esas cositas de la vida diaria que formaban parte de la identidad y ya quedaron lejos", agrega.
argentinos-que-viven-afuera
Concluye Espeche que con la salida al exterior "hay una visión de horizonte amputado. Si bien no tenemos un número contundente que aclare el panorama de emigración, sí existe un microclima de éxodo masivo por las historias que uno va escuchando. Más allá de los beneficios del primer mundo, la mayoría de los que parten lo hace por una situación límite, lo que provoca una salida esperanzadora pero también amarga. Nunca es gratis irse, tampoco lo es quedarse. Si se trata de partir, es mejor irse de manera reflexiva, a tomar esa decisión enojado con la Argentina". /Clarín
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