Terror en Salta ante la posible liberación de los autores del espantoso crimen de dos hermanitos ocurrido hace 26 años

Viernes 10 de Mayo de 2024, 08:16

DOLOROSO RECUERDO. Un solitario monolito recuerda el lugar en el que fueron hallados los restos de los hermanitos Laguna, bárbaramente asesinados por dos sujetos que hoy piden salir en libertad.



En la provincia de salta se cumple un nuevo aniversario del hallazgo de los cuerpos de Melanie y Octavio, dos hermanitos de bajos recursos que fueron secuestrados, drogados y uno de ellos abusado sexualmente antes de ser asesinados.

Después de seis días de una búsqueda incansable, Octavio (6) y Melanie (9) Leguina, fueron encontrados el 10 de mayo de 1998 en un descampado de La Silleta en la peor escena posible: sin vida, uno de ellos abusado sexualmente y previamente drogados. 

26 años más tarde sus dos homicidas, Marcelo Alejandro Torrico y Ariel Esteban Brandán, continúan detenidos y son los presos que más tiempo llevan en el penal de Villa Las Rosas. Ambos piden la conclusión de pena y pujan por sus libertades.
Según se pudo averiguar, Brandán pidió durante 2023 el beneficio de libertad condicional pero luego desistió de la misma “porque se plegó al pedido de Torrico”, indicaron fuentes a este matutino. ¿Qué es lo que solicitó el confeso asesino? “Pasados los 25 años de detención, pidieron la conclusión de la pena ya que una persona no puede estar detenida por tiempo indefinido”.

Los hermanitos fueron vistos con vida por última vez el lunes 4 cuando salieron rumbo a la Casita de Belén
en el barrio San José para desayunar y después ir a la escuela Nuestra Señora de la Candelaria de Villa Costanera. En el camino, dos sádicos los secuestraron en la calle Olavarría y los llevaron en auto Volkswagen Gacel amarillo hacia la zona sur de la ciudad donde fueron torturados. Octavio fue obligado por Brandán a presenciar el momento en que Melanie fue abusada por Torrico y luego fueron asesinados.

Las víctimas eran dos de los nueve hijos de Miguel Ángel Leguina y María Rosa Pereyra, una familia de bajos recursos que vivía en el barrio Alto La Viña, en la zona oeste de la ciudad. Ese lunes tendrían que haber regresado a las 18 a su casa, como todos los días, pero no lo hicieron y sus padres radicaron la denuncia. Tan solo 24 horas más tarde de sus extrañas desapariciones, un empleado de San Luis encontró la mochila de Melanie. Fue un presagio del horror que la sociedad salteña jamás olvidaría.

La investigación y la impunidad de los homicidas duró casi un año hasta que un anónimo mencionó a Brandán y Torrico y en marzo de 1999, ambos ya estaban tras las rejas a la espera del juicio que se llevó a cabo en noviembre de ese año y que concluyó en condena de prisión perpetua para ambos.

En la audiencia se supo que durante la madrugada previa al secuestro de los hermanitos Leguina, Brandán y Torrico bebieron y consumieron drogas. Ahí surgió la idea de de secuestrar por venganza a los hijos de Leguina, quien supuestamente había “mexicaneado (robar droga)” a uno de estos. De hecho, en una de las pocas entrevistas que brindó Torrico, al programa Tribu Urbana en 2018, el confeso asesino comentó que el padre de las víctimas también participó en el doble crimen: “Le pediría disculpas a la familia, sobre todo a la madre de los chicos no así a Leguina que estuvo presente en el hecho y eso le podrían preguntar al interno Brandán”.

Torrico y Brandan dejaron de frecuentarse una vez que fueron alojados en el penal de Villa Las Rosas, donde ya cumplen 25 años y dos meses de prisión aunque con dos perfiles completamente diferentes. El perverso criminal que en 2006 protagonizó una fuga y fue recapturado meses más tarde en Buenos Aires. Fue enviado al pabellón R, de máxima seguridad y alejado del resto de la población.  Brandán, en cambio, fue alojado en la celda 37 del C, uno de los pabellones con gente "bastante complicada", aunque su conducta es “ejemplar 10” y el concepto es “bueno 6”. Su única sanción corresponde al 3 de mayo de 2020 cuando le secuestraron auriculares de su celda.

Torrico tiene un prontuario más complicado en el penal salteño: llegó a tener celulares a disposición con diferentes llamadas entrantes y salientes. En su expediente hay un apartado sobre la confiscación del celular donde tenía guardadas las fotografías vestido de guardiacárcel: “Del aparato se pudo obtener los siguientes resultados del celular marca Samsung Galaxy Grand2, modelo SM-G710: 4.334 mensajes enviados y 3.256 recibidos, 715 llamadas de whatsapp salientes y 23 entrantes. A su vez, indicaron que del peritaje, surge una carpeta con la denominación "SPPS Corrupción" con las 87 fotos.

“Quiero decirle a la sociedad que se me perdone y se me de una oportunidad, que en su momento cuando sucedió el hecho era un drogadicto y ahora no lo soy. Quiero rehacer mi vida junto a mi familia que es lo único que quiero”, dijo en la misma entrevista mencionada anteriormente.

La justicia decidirá, en los próximos meses, aceptar o rechazar el pedido de ambos condenados. “El caso de Torrico es más complicado porque no solo no goza de buen concepto, sino que además ningún familiar lo quiere recibir. Su intención, según dijo, es salir en libertad e irse a vivir a Bolivia”.
/El Tribuno Salta