Lunes 09 de Junio de 2025, 16:34
El decreto mediante el que el gobernador Osvaldo Jaldo dispuso la intervención de Juan Bautista Alberdi no sólo sacudió los cimientos institucionales de ese municipio, sino que también implicó el abrupto cierre político de una verdadera dinastía política local.Luis “Pato” Campos y su esposa, la legisladora Sandra Figueroa, comenzaron a hacerse fuertes en Alberdi tras la crisis económica y política de 2001. Empleado municipal, el destituido intendente se hizo cargo del Departamento Ejecutivo por primera vez en 2003. En aquel momento le ganó la interna al delfín del saliente intendente Raúl Hadla. Este había impulsado la postulación de su secretario de Gobierno, Domingo Soria, pero Campos –apoyado por el prosecretario legislativo de ese entonces, Roque Cativa- se impuso y sacó boleto para disputar la Intendencia.
Desde entonces, jamás dejaría el poder del peronismo y de la política en Alberdi. Fue reelecto en 2007 y otra vez en 2011, gracias a la cláusula transitoria de la Constitución reformada en 2006, que obvió el primer mandato a los efectos de contemplar la posibilidad de una reelección en el cargo. El propio Alperovich encabezó esa oleada, a la que se plegaron los intendentes del período 2003-2007.
Durante el alperovichismo, Campos fue uno de los jefes municipales más cercanos al ahora detenido ex gobernador. De hecho, se hicieron característicos en los actos políticos del oficialismo sus militantes con gorros amarillos en forma de “Pato”. Así, en 2015, ya sin chances de reelección, impulsó la postulación de su esposa para la sucesión.
Sandra Figueroa se hizo cargo de la Intendencia para conservar el poder real de la familia. En esos años, Campos desembarcó en el Poder Ejecutivo. Durante la gestión de Juan Manzur, primero se desempeñó como personal de gabinete y luego como secretario de Grandes Comunas en el Ministerio del Interior, conducido por Miguel Acevedo (actual vicegobernador). En 2021, en plena interna con Jaldo, Manzur lo designó como secretario de Gobierno. “Teníamos que proponer a alguien con mucha experiencia en gestión y, luego de consultarlo con el Gabinete, me incliné por un hombre de conocimiento, de mucha prudencia, que conoce en detalle el interior de la provincia, con una larga y exitosa trayectoria como intendente, como es Luis Campos”, destacó Manzur durante aquel acto de jura.
En 2023, la familia Campos-Figueroa apeló a un enroque para sostener su dominio político en la Municipalidad del sur. El ex funcionario volvió a la Intendencia y Figueroa obtuvo una banca legislativa por el Oeste: fue la tercera candidata de la lista oficial del Frente de Todos por Tucumán que encabezaron Sergio Mansilla y Javier Noguera, según publica La Gaceta. El 4 de noviembre de ese año, Jaldo y Acevedo acompañaron a Campos en su juramento para el cuarto mandato como intendente, que quedó trunco desde este lunes por la intervención dispuesta por el propio mandatario.
El decreto también alcanza al Concejo Deliberante, por lo que el desmantelamiento del poder del matrimonio es prácticamente total: la presidenta del cuerpo deliberativo era Rebeca Figueroa, hermana de Sandra Figueroa. Además, Jesús Campos, hermano del destituido intendente y jefe de Compras de esa administración, es esposo de la concejala Antonia Tula. Según fuentes conocedoras del reparto de poder en esa localidad, Jesús Campos es una de las personas de mayor confianza de su hermano y el hombre fuerte de la saliente gestión municipal.
La decisión de Jaldo podría además tener impacto en la Legislatura, porque Figueroa integra el bloque oficialista en la Cámara. ¿Seguirá dentro de la bancada que deberá votar y avalar la intervención en el municipio que conducía su esposo? La disposición también abre un nuevo capítulo en la interna del peronismo tucumano. Ocurre que la posibilidad más firme es que el gobernador convoque a elecciones para elegir intendente y concejales el 26 de octubre, en consonancia con el llamado a comicios para diputados nacionales.
De concretarse, esto obligaría a que ese día los vecinos de Alberdi tengan elecciones concurrentes con sistemas de votación diferentes y urnas diferentes. Por un lado, tendrán el debut de la Boleta Única de Papel para la elección de diputados; por el otro, el régimen de acoples para elegir jefe municipal y ediles. En 2023, alrededor de 23.000 alberdianos debieron optar entre 59 listas de acoples para concejal y nueve postulantes a intendente. En un escenario de apatía como el que se viene percibiendo durante 2025 en las otras provincias que ya fueron a las urnas, la posibilidad de “movilizar” a la dirigencia justicialista de una ciudad supone un nuevo incentivo. En el medio, claro, asoman las consecuencias que la Casa de Gobierno deberá afrontar dentro del partido tras la decisión de arremeter contra uno de los matrimonios emblemáticos del peronismo en la sección Oeste.