Lamentable: algunos vecinos de Juan Bautista Alberdi marcharon en apoyo al intendente destituido por vínculos con el narcotráfico

Lunes 09 de Junio de 2025, 21:14

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En una imagen tan insólita como preocupante, este lunes por la tarde un grupo de vecinos de Juan Bautista Alberdi se concentró frente a la vivienda de Luis Armando “Pato” Campos, el intendente recientemente destituido tras una intervención del Gobierno provincial.

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La manifestación se produjo apenas horas después de que se conociera la decisión del gobernador Osvaldo Jaldo de intervenir el municipio y desplazar al funcionario, en un intento por frenar el deterioro institucional.

Los manifestantes, lejos de expresar preocupación por la gravedad de los hechos que motivaron la intervención, decidieron salir a respaldar al intendente caído en desgracia, esgrimiendo la consigna de que debe respetarse la “voluntad popular”. La pregunta inevitable es: ¿a qué voluntad se refieren? ¿A la que le permite a un funcionario público violar la ley, vincularse con el narcomenudeo y degradar el tejido institucional de una ciudad entera?

El respaldo ciego a una figura señalada judicialmente con evidencia concreta no puede escudarse en el resultado de una elección pasada. En democracia, la legalidad y la transparencia no son negociables, y ningún voto habilita a un funcionario a tejer alianzas con el crimen organizado.

La movilización deja abiertos interrogantes inquietantes. ¿Es posible que algunos de los presentes hayan sido beneficiados directa o indirectamente por dádivas, favores o clientelismo proveniente de esos oscuros circuitos que hoy salen a la luz? ¿O se trata de una reacción espontánea de sectores manipulados o desinformados, incapaces de ver la magnitud del daño institucional?

Mientras tanto, la Justicia avanza con allanamientos, medidas cautelares y operativos en distintos puntos de Alberdi, mientras el interventor designado, Guillermo Norry, se prepara para asumir el control del municipio y comenzar un proceso de saneamiento político.

Lo ocurrido este lunes no solo muestra la resistencia al cambio de sectores que aún defienden lo indefendible, sino que también deja en evidencia cómo el narcotráfico no solo corrompe estructuras de poder, sino también conciencias.