Jueves 10 de Julio de 2025, 12:58
El infierno más temido para el presidente español Pedro Sánchez acecha: que el fantasma de una posible financiación ilegal de su partido, el PSOE, cobre vida y se convierta en el principio del fin de su gobierno.
Sánchez lleva semanas haciendo malabares para rescatar su gestión, luego de que un informe de la Guardia Civil descubriera una trama corrupta que involucra a ex altos cargos del partido que él lidera y que habrían cobrado coimas por adjudicar obras públicas a empresas privadas.
Este jueves,
el Tribunal Supremo que investiga a dos ex secretarios de organización del Partido Socialista -uno de los cuales fue, además, ministro de Transportes de Sánchez-
solicitó información sobre los ingresos económicos del ex ministro José Luis Abalos, quien también integraba el Parlamento y percibía sueldo como diputado, para cotejarlos con la donaciones que Abalos hizo al PSOE. Según parece, los números no cierran.
La investigación apunta a las cuentas bancarias y a la información fiscal de Abalos entre 2014 y 2024. Porque el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detectó discordancias.
La información relevada señala una “aparente asintonía”, según el documento, en las cuentas del ex ministro y ex secretario de organización del PSOE.Por ocupar una banca en el bloque socialista del Parlamento, Abalos percibió, entre 2014 y 2024, poco más de 750.000 euros y donó al partido cerca de 45.000.
Sin embargo, según su cuenta en CaixaBank, cobró del Congreso casi 80.000 euros de los cuales cedió al PSOE unos 8.500.
¿Apoyos renovados?El pedido del Tribunal Supremo de información tanto al Congreso como al PSOE se produjo menos de 24 horas después de que el presidente Sánchez asistiera al Parlamento para dar explicaciones sobre el escándalo de corrupción en su partido.
“No voy a tirar la toalla y vamos a continuar”, dijo Sánchez, y apostó por una afirmación: “La traición de unos pocos no puede manchar al resto”.
“Aspiro a recuperar la confianza de los grupos parlamentarios que apoyaron mi investidura como presidente del gobierno”, dijo a los siete partidos que le permitieron ser reelecto en 2023 y liderar la coalición de izquierdas PSOE-Sumar que gobierna España desde hace un año y ocho meses.
Para eso, anunció un plan anticorrupción con quince medidas que apuntan a monitorear posibles comportamientos ilícitos, a contar con una “lista negra” de empresas que se presten a pagar coimas y a ampliar las garantías para todos aquellos que tengan información sobre actos de corrupción y los denuncien.
Para los ministros del gabinete de Sánchez, el presidente salió bien parado de su comparecencia en el Congreso.
“Se ha renovado ese acuerdo de investidura, se ha fortalecido y por ende también el gobierno de coalición”, dijo este jueves la vocera del gobierno, la ministra Pilar Alegría.
“Salimos mejor de lo que entramos -consideró el portavoz de Sumar, el ministro Ernest Urtasun-. El presidente del gobierno salió con un paquete de medidas contundente”.
La oposición, sin embargo, se concentró en desacreditar a Sánchez política y personalmente: “Lo mejor para usted es contar todo lo que sabe, devolver el botín y convocar elecciones”, le disparó a Sánchez el líder de la oposición y presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, quien llamó al presidente “político destruido”.
Lo mismo apuntó Santiago Abascal, desde Vox: “Que dimita, que se entregue y que confiese”, dijo.
La amenaza de los independentistas
Entre los partidos que todavía sostienen al gobierno de Pedro Sánchez están los independentistas catalanes y vascos, de derecha y de izquierda.
Y aunque sus propuestas políticas sean antagónicas, coinciden en marcarle la cancha del presidente socialdemócrata: mantendrán su respaldo al gobierno mientras la trama corrupta detectada dentro del PSOE no aporte indicios de presunta financiación ilegal del partido.
“Si esto es una cosa de tres listos, usted se tiene que quedar, porque esto no hace caer a un gobierno -le advirtió al presidente Sánchez el vocero de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Gabriel Rufián-. Pero si esto escala, nosotros le vamos a pedir, le vamos a obligar a que la gente decida.”
“Que la gente decida” significa que le retirarían su apoyo y no habría más salida para Pedro Sánchez que adelantar elecciones y que los españoles vuelvan a las urnas. /
Clarín