La Justicia de Bahía Blanca condenó a seis años de prisión a un ex fiscal corrupto. Alejandro Salvador Cantaro,
fue encontrado culpable de favorecer y encubrir a una organización
narcocriminal que integraba su sobrino. Básicamente, el delito por el
que fue imputado es "tráfico de drogas". Sin embargo, todavía no fue a la prisión, seguirá libre.
Los
hechos por los que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) de
Bahía Blanca condenó al ex fiscal federal tuvo lugar durante marzo 2017 y
abril de 2018, cuando protegió a los “Narcochetos 2”, una banda que se dedicaba al narcotráfico en esa ciudad, que integraba su sobrino Sebastián Gauna San Millán.
Este martes, los jueces Alejandro Silva, Ernesto Sebastián y Simón Bracco consideraron a Cantaro partícipe primario del delito de tráfico de estupefacientes en
la modalidad de comercio agravado; ya que fue cometido por un
funcionario público encargado de la prevención o persecución del delito
que se le atribuye.
Y aunque el tribunal pidió por su detención, Cantaro seguirá libre.
¿Porqué? se le mantendrá la libertad hasta que el fallo quede firme,
según explicaron desde el Ministerio Público Fiscal. "Esta sentencia no
está firme y seguramente se va a recurrir ante la Cámara Federal de
Casación Penal (por parte de la defensa). Hay 10 días para hacer esa
presentación", anticipó una fuente de la Justicia en charla con diario La Nueva.
Y
agregó: "Hasta el momento está en libertad sin restricciones, más allá
de que no puede irse de Bahía Blanca sin comunicar al tribunal y mucho
menos salir del país", explicó.
El fallo, más allá de los seis años de prisión, tiene la inhabilitación absoluta y especial de 10 años
para ejercer cualquier tipo de cargo o función pública. Además, se le
impuso una multa económica: 472 unidades fijas (una medida utilizada
para determinar cierto tipo de multas, que se calcula sobre la base de
un litro de nafta).
En el fallo, el tribunal remarcó la omisión recurrente
por parte del ex fiscal de solicitar, en la causa que investigaba, la
intervención telefónica de su sobrino “pese a la abundante evidencia que
lo vinculaba directamente con las actividades de narcotráfico
investigadas”, según reza en los considerandos.
“La
contribución de Cantaro, entre el 22 de marzo del 2017 y el 14 de abril
2018, estuvo centrada medularmente en aportarles información esencial
para que operaran sin ser descubiertos,
posibilitándoles tomar recaudos en sus conversaciones telefónicas, y, en
el caso particular de su principal protegido (Sebastián Gauna San
Millán), ofrecerle la posibilidad de eludir la investigación de la
Justicia fugándose a la provincia de Córdoba”, sostuvo el tribunal en su
fallo.
Por último, se hizo hincapié en la “deslealtad institucional", en "favorecer los intereses de la organización criminal", en el "ejercicio abusivo de la función pública", y en la "traición al mandato constitucional".
"No
sólo compromete la credibilidad del sistema de justicia, sino que
pervierte los fines mismos para los cuales fue investido de tan alta
responsabilidad”, concluyó el tribunal.
Según
revelaron fuentes investigativas, el nombre de Cantaro apareció
mencionado en varias escuchas telefónicas en las que habló con al menos
dos personas, una de las cuales era su sobrino.
En
el expediente quedó detallado que en uno de los operativos en que cae
la banda (fueron condenados ocho personas durante el 2020) fue incautado
más de 100 dosis de cocaína compactada, 1.500 semillas y cinco plantas
de marihuana, entre otros objetos. La banda fue encontrada culpable de
vender drogas sintéticas en fiestas de música electrónica./Clarín