Viernes 21 de Noviembre de 2025, 21:05
Después de meses de hostilidad pública, ataques personales y advertencias catastrofistas sobre el futuro de Nueva York, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el alcalde electo neoyorquino, Zohran Mamdani, protagonizaron este viernes un giro inesperado en la Casa Blanca. En el Salón Oval, ambos se mostraron distendidos, elogiándose mutuamente y prometiendo cooperación, pese a haber construido buena parte de su identidad política enfrentándose al otro.“Acabamos de tener una gran reunión”, abrió Trump, quien durante la campaña había calificado a Mamdani de “lunático comunista” y “completo chiflado”. A su lado, el demócrata socialista de 34 años replicó que el encuentro había sido “productivo” y centrado en su “amor compartido por la ciudad de Nueva York”.
Durante poco más de media hora, ambos dirigentes se esforzaron por exhibir un clima de camaradería. Trump insistió reiteradamente en su preocupación por el crimen en la ciudad y ofreció “toda la ayuda necesaria” para que Mamdani tenga “una gran administración”. El alcalde electo, por su parte, llevó cada respuesta a los puntos centrales de su campaña —accesibilidad económica, transporte y vivienda— y destacó que hablaron sobre cómo “hacer una Nueva York más accesible”.
De los insultos al intento de sintoníaLa reunión marcó un contraste tajante con el clima previo. En los últimos meses, Trump había acusado a Mamdani de ser un “100% comunista” y, sin evidencias, de “odiar a los judíos”, además de cuestionar su ciudadanía estadounidense debido a su origen ugandés. Mamdani, por su lado, había descrito a Trump como “autoritaria” y se había definido como “la peor pesadilla de Donald Trump”.
Aun así, el presidente sorprendió al admitir: “Estamos de acuerdo en mucho más de lo que hubiera pensado”.
Mamdani, un exlegislador estatal relativamente desconocido hasta su victoria electoral a principios de mes, había pedido la reunión para abordar el costo de vida en la ciudad y la seguridad pública. Trump lo felicitó por “una carrera increíble contra gente dura e inteligente” y aseguró que quiere que la ciudad “sea fuerte y muy segura”.
Temas sensibles y un momento incómodo
Mamdani ha criticado de forma constante las políticas migratorias de Trump, especialmente ante los planes del presidente de incrementar las acciones de ICE en una ciudad donde el 40% de los residentes nació en el extranjero. Pero Trump evitó profundizar en las discrepancias y sostuvo que, en el ejercicio del poder, “las personas cambian”.
Al hablar de la seguridad, Trump minimizó las diferencias: “Él no quiere ver crimen y yo no quiero ver crimen. No tengo casi ninguna duda de que nos vamos a llevar bien en ese tema”.
El momento más incómodo llegó cuando los periodistas le pidieron a Mamdani que aclarara si consideraba a Trump un “fascista”, tal como había dicho en la campaña. El alcalde electo sonrió con incomodidad e intentó matizar, pero Trump lo interrumpió entre risas: “Podés decir que sí. Es más fácil que explicarlo. ¡No me molesta!”. Mamdani respondió: “Sí”, también sonriendo.
Trump agregó luego que el joven dirigente tiene “opiniones un poco extremas”, pero restó dramatismo: “Me han llamado cosas mucho peores que déspota”.
Del rechazo total a los elogiosLa cordialidad contrastó con el rol activo que Trump había asumido en la campaña neoyorquina. A pocos días de las elecciones, respaldó al independiente y exgobernador Andrew Cuomo, asegurando que la ciudad tenía “cero posibilidad de éxito” si ganaba Mamdani. También insinuó que podría mandarlo arrestar si el entonces candidato cumplía su promesa de no colaborar con los agentes migratorios federales.
Mamdani respondió retratando a Cuomo como un “títere” del presidente y se presentó como el único capaz de “enfrentar a Donald Trump”.
Tras la reunión, el tono fue otro. Trump aseguró que se sentiría “muy cómodo” viviendo en la ciudad bajo el nuevo alcalde y remarcó: “En última instancia, es por el bien de Nueva York. No me importan las afiliaciones ni los partidos. Si él pudiera ser un éxito espectacular, estaría muy feliz”.
Mamdani también suavizó su discurso y evitó reproducir críticas pasadas. Subrayó que el encuentro estuvo centrado en el “propósito compartido” de servir a los neoyorquinos y afirmó que espera trabajar con la Casa Blanca para avanzar en su agenda de accesibilidad económica.
Un giro que nadie esperabaHoras antes del encuentro, en Fox News Radio, el propio Trump había adelantado el cambio de clima: “Creo que nos llevaremos bien. Buscamos lo mismo: hacer fuerte a Nueva York”, dijo, aunque señaló que el alcalde electo tiene “una filosofía diferente”.
En Nueva York, Mamdani celebró su triunfo hace apenas semanas defendiendo un programa de congelamiento de alquileres, transporte público gratuito y políticas activas contra la desigualdad. Tras haber superado el intento de Cuomo de bloquear su ascenso, se definió como “un inmigrante musulmán progresista que lucha por aquello en lo que cree”.
Hoy, al menos por unos minutos en el Salón Oval, el enfrentamiento que definió su campaña quedó en pausa.