El caso generó una profunda indignación social desde el primer momento. La comunidad entera se movilizó pidiendo justicia por Zoe, y la tensión en el barrio alcanzó su punto máximo cuando vecinos, enfurecidos, incendiaron la vivienda del sospechoso apenas se conoció su presunta participación en el crimen. Las imágenes de la casa en llamas se viralizaron rápidamente y reflejaron el nivel de conmoción que provocó el hecho.
Con el traslado del imputado a una unidad penitenciaria, el proceso judicial continúa su curso mientras familiares, allegados y vecinos de la pequeña Zoe reclaman una respuesta rápida y ejemplar ante un crimen que dejó una herida profunda en Tucumán. /
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