El festejo de acciones y bonos por un inesperado triunfo del oficialismo hace poco menos de un mes dio lugar a una nueva ventana de financiamiento para empresas y provincias argentinas. En las últimas tres semanas se dieron emisiones de deuda por casi US$ 3.900 millones
y la expectativa del mercado es que en las próximas la tendencia
continúe, con más provincias saliendo a buscar crédito en los mercados
internacionales.
Como en un círculo virtuoso el apetito de los inversores por Argentina le ha permitido a los emisores financiarse con tasas más bajas y el buen resultado de esas colocaciones ha servido también para apuntalar el precio de los bonos soberanos en dólares y una caída del riesgo país, que pasó de la zona de los 1.084 puntos en la previa de las elecciones a la de las 600 unidades en los últimos días.
Ese clima, además, podría servir al Gobierno para allanar el camino de regreso a los mercados globales de deuda
por primera vez desde comienzos de 2018, una de las aspiraciones del
equipo económico para poder solventar los compromisos asumidos los
útimos años sin sacrificar otros objetivos.
Mientras
el equipo de Luis Caputo afina esta estrategia financiera, las
recientes colocaciones de deuda aportan un "colchón" de dólares que le quitan presión al frente cambiario y que pueden ayudar a extender la estabilidad alcanzada en las últimas semanas.
En busca de mejores tasasLas últimas dos compañías en salir al mercado fueron Genneia y Compañía General de Combustibles (CGG) que el jueves pasado colocaron bonos por US$ 400 millones y US$ 300 millones respectivamente, a siete y cinco años. La demanda de los inversores se sintió sobre todo en el primer caso, con ofertas que duplicaron el monto que finalmente se emitió con una tasa menor al 8% anual.
De hecho esta tendencia de colocaciones está siendo liderada por el sector energético, que desde hace tiempo es el principal imán de capital para el país. Tecpetrol, YPF, Pluspetrol, TGS y Pampa Energía encabezaron la ola con emisiones que fueron desde los US$ 450 millones hasta los US$ 750 millones, y tasas que en su mayoría orbitan entre el 7,6% y el 8,5% anual. Incluso se coló Edenor, con una colocación por US$ 201 millones, pese a ser una firma regulada y expuesta al descongelamiento tarifario.
La novedad es que esta vez también se sumaron los bancos: Galicia y Patagonia lograron colocar deuda en dólares en el mercado local, algo impensado meses atrás.
Justina Gedikian, de Cohen, explicó: "Este mejor clima financiero se volvió más constructivo después de las elecciones, donde se disipó esta incertidumbre política. Trajo mayor calma calma financiera y motivó a que las empresas empiecen a colocar deuda en los mercados internacionales".
Pedro Siaba Serrate, de PPI, apuntó: "La ventana de acceso al financiamiento internacional no es algo nuevo, de hecho durante 2024 los corporativos habían emitido US$ 10.100 millones. Y en la primera mitad de 2025 también habia habido colocaciones de deuda hasta que se frenaron cerca de julio cuando comenzó el ruido politico asociado a las elecciones. Lo llamativo ahora es la velocidad, o el volumen de estas últimas colocaciones, en menos de un mes; pero hay que tener en cuenta que en los últimos cuatro meses las empresas no habían colocado nada".
Con el acumulado de las emisiones de estas últimas semanas, en lo que va de 2025 ya se emitieron cerca de US$ 13.770 millones, lo que convierte a este año en el de mayor financiamiento externo para las compañías de la última década.
"La mayor parte de estas de estas colocaciones proviene de empresas muy sólidas, que tienen posiciones de caja bastante ajustadas y que están un momento bastante sano. Entonces pudieron aprovechar esta ventana y saltaron muchas a la vez a buscar justamente financiamiento en medio de un apetito renovado a nivel internacional por Argentina".
A las colocaciones del sector corporativo se suman las de las provincias, con la Ciudad de Buenos Aires como punta de lanza: emitió US$ 600 millones la última semana con una tasa también menor al 8%. Para Gedikian, resulta "bastante competitiva" y motiva a otras provincias, como puede ser Santa Fe, a planear una pronta salida a los mercados.
Con tasas globales todavía en niveles razonables y una lectura más constructiva sobre los activos argentinos, algunas provincias —sobre todo las energéticas— analizan si es el momento de salir. Si lo hacen, la cifra total emitida en esta “ventana post electoral” podría escalar varios escalones más.
Aunque
estos dólares no ingresen directamente en la economía argentina, el
hecho de que empresas y provincias puedan conseguir financiamiento a
tasas más bajas es una buena noticia para el programa económico. Estas emisiones de deuda tienen un efecto colateral sobre el mercado: representan un ingreso de divisas frescas que ayudan a abastecer la demanda de dólares. Un rol que hasta la semana previa a las elecciones fue ocupado por Estados Unidos.
"Aunque
no todos los dólares que colocaron las empresas pasen inmediatamente al
Mercado Único y LIbre de Cambios (MULC) del Banco Central, el hecho de
que esas compañías y también las provincias consigan dólares frescos y
no los demanden en el mercado le quita presión al frente cambiario", apuntó Siaba Serrate. "Esto ha ayudado mucho en un mercado con muy poco volumen y sirve para mejorar las expectativas para los próximos mese", añadió y anticipó que la calma cambiaria podría extenderse hasta finales de enero, "cuando pasado el efecto de diciembre vuelva a caer la demanda de pesos".
Por ahora, los analistas no creen que el Gobierno pueda aprovechar esta ventana extraordinaria para recomponer las reservas del BCRA.
"Parece que todavía las condiciones no están dadas para
que el Banco Central o el Tesoro empiecen a comprar dólares", dijo
Gedikian. "Hay que ver si, efectivamente, el riesgo país baja desde
estos niveles sin la necesidad de al menos recomponer las reservas en el
corto plazo, aunque lo podría hacer no a través de la compra de
dólares, sino a través de nuevas colocaciones de deuda, por ejemplo, un REPO con bancos internacionales".
Mientras
el equipo de Luis Caputo termina de delinear la estrategia financiera
para 2026, la demanda por sobre estas colocaciones apuntalan al riesgo
país. En la City estiman que para que Argentina vuelva al mercado de
deuda global, el riesgo país debería comprimirse en la zona de los 450
puntos.
"Esta
situación financiera ayuda y vamos a ver cómo entra en escena de nuevo
la politica a partir del 10 de diciembre, cuando el Gobierno comience a
avanzar en la discusión de las reformas pendientes", apuntó Siaba Serrate.
Con todo estas emisiones funcionan como una prueba piloto:
miden cuánto están dispuestos a convalidar los inversores y qué tan
creíble resulta, puertas afuera, el sendero fiscal y monetario que
promete el Gobierno. En ese sentido, cada colocación exitosa opera como un mensaje político y financiero a la vez.
Si
la compresión del riesgo país se acelera, no sólo se reabre la ventana
para el soberano: también se redefine el costo de financiamiento para todo el sector privado.
En un mercado que huele sangre cuando hay dudas, ahora la señal es otra: por primera vez en años, Argentina empieza a ofrecer más certezas que riesgos. ¿Durará? Nadie lo sabe, pero por ahora el mercado elige creer. /Clarín