Domingo 09 de Noviembre de 2025, 15:57

La apertura de las cuentas se hicieron entre febrero y marzo.
La víctima no lo sabía, pero cada noche se iba a dormir junto a la persona que, durante el día, usaba sus datos para abrir cuentas, sacar préstamos y obtener tarjetas de crédito a sus espaldas. Según la investigación, la mujer y su hermano usurparon su identidad para engañar a cuatro bancos y apropiarse de una suma cercana a los $70.000.000. Las maniobras se habrían concretado entre febrero y marzo de este año y afectaron tanto al hombre que era su pareja como al padre de él, ambos residentes de San Justo, provincia de Santa Fe.En los tribunales de la ciudad de Santa Fe, una mujer de 27 años, cuyas iniciales son A.S.B., escuchó el jueves la orden de prisión preventiva en el marco de una causa en la que se la investiga por ese engaño a su pareja. La medida cautelar fue dispuesta por el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Sergio Carraro, a partir del requerimiento formulado por el fiscal Agustín Nigro, de la Fiscalía Regional N° 1 del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
De acuerdo con lo informado por la fiscalía,
a la mujer se le atribuye haber actuado junto con su hermano, F.L.B., de 30 años, para apoderarse de los datos biométricos de las víctimas y, con esa base, suplantar sus identidades ante entidades financieras.Ambos son oriundos de San Justo y están imputados como coautores del delito de defraudación. En el caso del hombre, el proceso ya se venía tramitando con prisión preventiva desde hace casi dos semanas.
Según la presentación del MPA, publicada en la web oficial, el mecanismo de defraudación se habría desplegado entre febrero y marzo de 2025. En ese período,
los imputados usurparon la identidad del hombre que era pareja de la acusada y del padre de él, y con esa maniobra engañaron a cuatro bancos ante los que abrieron seis cuentas. A partir de esas altas, accedieron a productos financieros como tarjetas de crédito y préstamos, que luego se utilizaron para disponer de fondos sin conocimiento de los titulares.
La hipótesis presentada por la acusación indica que los movimientos se hicieron a espaldas de las víctimas.
Los supuestos beneficiarios de esos productos no sabían que existían cuentas, plásticos, ni préstamos a su nombre. Con esa estructura, los hermanos se habrían apoderado de una suma total de $69.756.000.Dentro de ese monto global, el MPA discriminó dos perjuicios:
el suegro de la imputada fue damnificado por $47.404.000, mientras que a la pareja la endeudó en $22.352.000.El fiscal Nigro expuso que el ardid se sustentó en la apropiación ilegítima de datos biométricos, un insumo que permitió concretar la suplantación de identidad frente a las entidades bancarias de manera virtual.
Esa operatoria, siempre según la acusación, fue el punto de partida para la contratación y el uso de instrumentos crediticios que generaron pasivos y extracciones a nombre de terceros ajenos a la maniobra.
En la audiencia en la que se dispuso la prisión preventiva de la mujer, el representante del MPA planteó la necesidad de la medida cautelar a partir de los riesgos procesales y del volumen de lo defraudado.
El juez Carraro hizo lugar al pedido y dictó la prisión preventiva. Con esta resolución, A.S.B. continuará detenida mientras avanza la Investigación Penal Preparatoria, igual que su hermano.
Las personas afectadas no fueron identificadas por nombre propio en el parte oficial, que solo detalla que son oriundas de San Justo. Tampoco se precisaron las entidades bancarias ni los plazos o condiciones de los préstamos. Sí se consignaron los períodos en que, de acuerdo con la hipótesis de la fiscalía, ocurrieron las maniobras, el número de cuentas abiertas y los montos totales de las defraudaciones atribuidas. /
La Nación
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