Lunes 24 de Noviembre de 2025, 10:06

El denunciado es Christian Silbergleit (52), un conocido empresario financiero que incursionó en el rubro inmobiliario y gastronómico.
"Peor que la incertidumbre", dicen los por ahora "perdedores". No saben nada desde junio. Desapareció. Adujo problemas de salud mental, depresión y hasta una internación que no creen. No atiende el teléfono, no responde al Whatsapp y en su oficina de Puerto Madero un cartelito presagió lo peor:
"Comuníquense con mi abogado". Son más de 50 los ahorristas damnificados y
se habla de un perjuicio superior a los 25 millones de dólares.Se reunió en el céntrico estudio de los abogados Soares Gache con tres de ellos: Diego Cossalter, Fernando Bonta y un tercero que se apodará Flavio ya que prefiere no brindar su identidad. Se iban a sumar más perjudicados que a último momento pero recularon. No son los únicos: están también los que admitieron tener miedo, los que se resignaron a perderlo todo y los que prefieren no dar
la cara porque sus familiares aún no saben nada de la pérdida de los ahorros de su vida, pese a que no dudaron en recurrir a la Justicia.El presunto malo de la película, el destinatario de todos los dardos y más... es el hasta aquí ascendente empresario financista Christian Silbergleit (52), acusado por administración fraudulenta y sobre quien pesa una denuncia penal "por una megaestafa" y por aplicar el esquema Ponzi.
La causa, que involucra a mucha gente y cada semana se suman nuevos pequeños ahorristas, se encuentra en el Juzgado Criminal y Correccional N° 56 con intervención de la Fiscalía N° 61 de la Ciudad de Buenos Aires.
La trayectoria de Silbergleit arrancó en el mercado cuando abrió su propia sociedad de bolsa y se convirtió en accionista del Mercado Federal de Valores. Su raudo crecimiento lo ayudó a expandirse y contar con diversas consultoras que respondían a "la empresa madre", Round Capital, una estructura que extendió sus negocios hacia la construcción, el vino, la gastronomía y hasta la tecnología.
Entre sus sociedades más importantes figuran locales gastronómicos de renombre como La Birrería, Vico Wine Bar, Kike Café en el Malba, Antro Restaurante y y Glorias, el restó de la cancha de River; También Pausa, el bar de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo en Ciudad Universitaria. Por otra parte, tenía nueve locales de Rapipago, "de los que retiró casi 2.000 millones de pesos de la recaudación antes de cerrarlos y echar a todo el mundo", mencionan Cossalter, Bonta y Flavio.
Dos de las víctimas, Santiago Bonta y Diego Cossalter, junto a los abogados Guillermo y Alfredo Soares Gache.
En el sector inmobiliario, Silbergleit impulsó dos proyectos emblemáticos. "Hay dos edificios muy importantes que serían los responsables de la caída en picada: uno es el Signature by the Sea, en Punta del Este, y el otro, el Conectia Network Living, en la calle Salta al 1100", hacen saber los estafados en el encuentro con Clarín.
Este último, en Monserrat, se vendía y promocionaba como el primer edificio tokenizado de la Argentina. Por supuesto que no está terminado y quedó abandonado por ahora. Del de Punta del Este tiene un 30 por ciento y en ese emprendimiento está la empresa constructora CRIBA", apunta Flavio, que trabajó codo a codo con Silbergleit. Clarín pudo averiguar que se inaugurará este verano.
Silbergleit tenía una lujosa oficina en Puerto Madero, a la que bajó la persiana repentinamente y un piso en la céntrica calle 25 de Mayo que vació sospechosamente."Con Round Capital prometía conectar a pequeños inversores con proyectos de la economía real. Silbergleit encarnaba el perfil de empresario que combinaba audacia, visión y pragmatismo", dice Cossalter. "Su vida lujosa, su ostentación constante, disponer de dos oficinas a todo trapo y de contar con cinco autos para uso diario fueron un imán para muchos de los ahorristas que confiaron ciegamente", agrega Flavio.
¿Cómo fue la estafa? "Simple, él recibía dinero blanco que le dábamos para distintas inversiones a cambio de intereses de alrededor del 12 por ciento anual. Todos los meses algunos, cada quince días otros, retirábamos un dinero, hasta que de un día para el otro se cortó sin ninguna explicación", exclama Cossalter, que junto a su mujer Flavia Mina y un familiar más afirman haber perdido alrededor de un millón de dólares.
La denuncia penal contra Christian Silbergleit y su hermano Miguel, realizado por 28 damnificados, y por un monto que ronda los 11 millones de dólares."Él se manejaba con cada cliente de manera prolija como si cada uno tuviera una cuenta corriente, lo que reforzaba la confianza. Se recibían los resúmenes de lo que se invertía y se retiraba", explica Cossalter.
"Los 28 estafados que aparecen en la denuncia penal fueron engañados con el mismo modus operandi: captar fondos mediante un contrato de mutuo suscripto mediante una empresa llamada Autoleasing", detalla el abogado Alfredo Soares Gache.
Silbergleit tenía una lujosa oficina en Puerto Madero, a la que le bajó la persiana repentinamente y un piso en la céntrica calle 25 de Mayo que vació sospechosamente semanas atrás. A una u otra dirección iban más de cincuenta acreedores a cobrar los intereses de sus préstamos cada mes.
"Es muy grave lo que sucedió: 25 millones de dólares es una fortuna y es la plata de inversores que no recuperaron su capital. Silbergleit manejaba el dinero de todos esos inversores y hacía negocios propios con esos montos. Pero nunca rindió cuentas y desapareció de un día para el otro", explica el otro abogado, Guillermo Soares Gache, que representa a Diego Cossalter, una de las víctimas más perjudicadas..
"Tampoco fue al frente buscando algún tipo de acercamiento: ’Muchachos, perdí 15 millones de dólares haciendo esto, esto y esto, pero tengo 10 millones para repartir entre todos, veamos qué podemos hacer. ¿Se entiende? No intentó que la herida fuera menos dolorosa, no hizo nada en absoluto", dicen Bonta y Cossalter. "Porque eso de que se quedó en la lona, sin nada, no se lo cree nadie... Tiene un canuto y quiere ver hasta dónde aguantar".
"Por otro lado, todos sus bienes, que son muchos e importantes, no están a su nombre. No sabemos pero hay sociedades y es posible que haya testaferros", complementa Alfredo Soares Gache, abogado que representa a 28 damnificados que, en total, perdieron 11 millones de dólares. Hay otra gente que accionó legalmente de manera individual y varios que no están decidido aún.
"Hay tipos como yo que tenían un arreglo individual, como yo, que fui ca... desde arriba de un puente. Yo tenía otro tipo de convenio con Silbergleit", grafica Bonta, productor audiovisual.
"Era mi amigo, ¿entendés? Yo daba un riñón por ese hijo de p... Se llevó todos mis ahorros, mucha mucha plata, miles y miles de dólares. Me robó la educación de mi hijo, me partió al medio", dice con bronca e impotencia Bontá. "Yo fui a su oficina de Puerto Madero y me quedé más de cuatro horas esperándolo, sin cruzarme con nadie, casi me vuelvo loco, pensé en hacer lo peor, te juro, pero también pensé en mi hijo".
Cossalter y Bonta conocen a Silbergleit hace más de 20 años. Al primero lo ayudó en un momento en que su salud tecleaba y al segundo lo invitó a su casamiento. "Uno creía conocerlo. Imaginate que son muchos los momentos vividos, en los que no sólo hemos hecho negocios y trabajado juntos, sino que también había un vínculo afectivo", revela Cossalter.
La denuncia penal lo sindica como responsable de una megaestafa a través del esquema Ponzi. "Es lo que hacía Silbergleit. Un fraude financiero que consistía en atraer a inversores prometiendo altos rendimientos, los cuales se pagaban a los primeros participantes utilizando el dinero aportado por nuevos inversores, y no mediante beneficios obtenidos de una actividad económica real", explica Alfredo Soares Gache.
Refuerza la denuncia penal que "se tata de una estafa típica, dado que existió un ardid deliberado que indujo a error a las víctimas, quienes dispusieron de su patrimonio en perjuicio propio", dice en un párrafo y luego se agrega: "Su conducta (la de Silbergleit) puede sumirse en la figura de administración fraudulenta, dado que abusó de la confianza y disposición de bienes ajenos para fines distintos a los comprometidos".
Tiran sobre la mesa un chimento del que tienen pruebas sobradas. "¿Saben que Christian pidió un préstamo de 1.000 millones de pesos en el Banco Provincia? Uno de los damnificados, al parecer, se puso loco, pero loco de verdad, lo amenazó con lastimar a su familia, a la que conocía bastante y se ve que Silbergleit le creyó y se asustó en serio. Así fue que con ese acreedor saldó la deuda".
Cuando se consulta qué suponen que fue el disparador para que Silbergleit perdiera su imperio económico, no lo dudan: "Siempre fue un empresario financiero, al menos ése era su fuerte -remarca Bontá- Mientras estuvo con las finanzas, exclusivamente, la cosa andaba fenómeno. Pero después se expandió hacia otros rubros que desconocía, apalancado por gente que le daba plata y se le fue todo de las manos".
"Muchos de los damnificados creemos que estuvo mal asesorado, mal influenciado y esto de la obsesión por diversificarse aceleradamente, involucrándose en negocios de construcción, minería y gastronomía, fue un mazazo a su desmesurada ambición. El edificio de Balvanera y el de Punta del Este se deben haber llevado mucho de la nuestra", piensa Cossalter.
Clarín se intentó comunicar con Silbergleit primero y luego con su abogado Pedro Soms, pero de ninguno tuvo respuestas hasta el momento. La pareja del empresario, Lorena Carrizo, que también trabajaba allí, primero quedó en responder a las preguntas enviadas por Whatsapp, luego pidió más tiempo y terminó diciendo que "son todas mentiras" y no contestó nada.
Saben que la tienen difícil, pero Cossalter, Bonta y Flavio exigente Justicia y quieren lo que les pertenece. "Empecemos por algo, aunque sea que nos dé una parte, y que hablemos y arreglemos, pero que sobre todo dé la cara". /
Clarín
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